Caos en el festival 2° parte.

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Era Kriten, pero a la vez no lo era.

Sus ojos estaban lechosos, asquerosamente blancos y su piel pálida marcaba las venas azuladas que decoraban su rostro. Parecía como si se tratara de un cadáver reanimado.

Como si de verdad se tratase de un cadáver reanimado, caminaba despacio, dirigiéndose directo hacia Eugene. Sin embargo, los movimientos de sus brazos eran rápidos, avanzaba lanzando diversas clases de magia, que el caballero detenía con su espada.

La razón de que Eugene no se acercará a atacar a Kriten era que estaba protegiendo a Hilda y el niño tras el. A diferencia de los demás, ella no pudo correr a refugiarse en las casas circundantes, pues los ataques de Kriten podían herirla al encontrarse tan cerca de Eugene.

Ellos no podían huir y él no podía moverse. Estaban atrapados.

Kriten se detuvo un momento y aspiro con fuerza, para después lanzar una bola de fuego contra Eugene, quien la repelió con un pequeño escudo que llevaba en la cintura.

El caballro contraataco enviando una ráfaga cortante con su espada. Sin embargo, en el cuerpo de Kriten comenzaron a iluminarse marcas doradas y el ataque de Eugene fue reflejado de regreso, cortando parte de su armadura.

Todo eso pasó en apenas unos segundos.

Reconocí las marcas, aunque eran un poco diferentes a las que había visto. Estaban escritas en el libro, se trataban de palabras divinas, conocidas como runas. Las que estaban grabadas en Kriten servían, sino me equivocaba, para anular el poder mágico, pero estaban modificadas para reflejarlo y aumentarlo.

—¡No usen magia! —les grite, pero mi advertencia les llegó demasiado tarde.

Tyna, quien estuvo cargando su energía, ataco con una esfera de magia oscura, que exploto en cuanto se acerco a Kriten. El daño fue reflejado por las runas, aunque fue de tal potencia que las lograron romper. En ese momento yo iba en ayuda de Eugene, por lo que era quien me encontraba mas cerca de el área de la explosión. Me sentí aturdido cuando está me alcanzo y arrojo por los aires.

En medio de aquella confusión, logre ver como Tyna  protegía a los chicos con un muro de roca, algo por lo que le agradecí en silencio.

Me desmaye un segundo al caer y sentí un dolor horrible en el pecho, apenas podía respirar, por lo que supuse que uno de mis pulmones había colapsado.

En el lugar en el que hasta hace unos momentos estábamos todos reunidos se encontraba completamente destruido, mientras que todos los que quedaban intentaban levantarse.

Eugene protegió a Hilda y su hijo en el ultimo segundo, ellos no sufrieron heridas, pero la armadura del caballero estaba en pedazos y él tenia la mayor parte de su espalda quemada. Aun así se levanto a hacerle frente a Kriten, quien igualmente ya no poseía nada que lo protegiera. En su pecho descubierto podía verse una joya roja, al mirarla bien me di cuenta que era un núcleo de monstruo, incrustado en la piel.

El antiguo camarada de George no parecía tener ningún daño y seguía caminando hacia, el ahora indefenso, Eugene. Ya sin las runas no teníamos porque contenernos, pero no podía decirles, aunque lo intentaba, no podía articular palabras, solo salia un balbuceo de mi boca. Estaba demasiado lejos para ayudar al caballero, así que hice lo único que pude, reuní una gran cantidad de energía y lance un único taque, lo que me dejo mareado. El relámpago se estrello contra Kriten, lanzándolo lejos y quemando gran parte de su cuerpo.

Pero aun así se volvió a levantar. Sorprendido vi como todas sus heridas se sanaban mientras el núcleo de su pecho brillaba. Kriten me tomó como su objetivo y corrió hacia mi. Intente levantarme, pero mi cuerpo no me respondía. Respirar me dolía demasiado y mis ojos apenas se mantenían abiertos. Pensé por un momento que moriría por segunda vez.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora