Miedo.

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—¡Por aquí!

Llevábamos corriendo bastante tiempo. Gracias a la mala planificación de las calles, nos estaba costando llegar hasta el lugar donde se encontraban Tyna y Clarisse, las únicas en las que podía confiar, aparte de Hill, para enfrentarse a la abominación que nos perseguía.

No necesitaba ver para saber que esa cosa seguía tras nosotros, el frío que emanaba me lo confirmaba.

Miedo

Eso era todo lo que se podía ver en las personas que corrían intentando escapar de esa cosa. No importaba de que raza eran, todos tenían la misma expresión en sus rostros. No podía verme a mi misma, pero estaba segura que yo lucia igual. Mi corazón latía rápidamente y mis piernas parecían querer traicionarme.

Incluso mi cabeza me decía que lo mejor era rendirme y dejar que me llevara. Todo mi esfuerzo estaba puesto en no hacer caso a esos pensamientos y seguir corriendo. No tenia que ver a Sirien para saber que ella estaba igual.

Pero la cosa parecía incrementar su velocidad debido al miedo y desesperación que emanabamos, mientras que nosotras ya estábamos a punto de agotarnos, la persecución no duraría mucho mas.

Mientras corríamos varias veces lance bolas de fuego hacia la cosa, pero apenas lograban hacerle algo. En mas de una ocasión maldije mi propia falta de poder. Si pudiera ser mas fuerte, si pudiera ser como Hill, Tyna o Clarisse, tal vez así no sentiría tanto temor.

La cosa emitió un grito que me heló la sangre, tropecé debido a eso y ambas caímos. Pero no podía dejarlo así, si me detenía moriríamos. La persona que Hill me pidió proteger moriría. No, no era por eso que encontré las fuerzas para levantarme y seguir corriendo, fue porque sentía que si me apegaba a intentar salvarla a esa joven elfa temblorosa, tal vez el miedo que sentía se atenuaría un poco.

De pronto se escuchó un estallido. El domo en el que Hill había sido encerrado fue destruido. La razón debía haber sido el dragón, quien se movía frenéticamente por el cielo, mientras lanzaba llamaradas en todas direcciones. Una de esas llamas cayo a pocos metros de nosotras, si hubiéramos ido un poco mas rápido, seguramente nos habría golpeado.

El ataque del dragón también corto nuestra salida, estábamos atrapadas en medio de un callejón y la cosa ya casi estaba sobre nosotras.

—Mantente detrás de mi —le dije a Sirien colocándole delante de ella.

Intente sonar mas valiente de lo que me sentía. La chica cayo al suelo y comenzó a temblar y sollozar, en el fondo yo quería hacer lo mismo, sabia que nada podíamos hacer contra esa cosa, íbamos a morir aquí.

—Ser valiente no significa carecer de miedo, si no aceptarlo y enfrentarse a él.

Mama siempre me contaba historias en la pequeña habitación que compartíamos. Lo hizo hasta el día que se fue, llevada a un lugar desconocido. Esas historias fueron las que me dieron el valor de escapar del destino que padre había dictado para mi y en muchas de ellas estaba esa frase, instándole a ser valiente.

Pero no lo era.

Aunque iba a intentarlo.

La criatura se continuó cercando a nosotras a gran velocidad. Los ataques físicos no funcionaban, así que necesitaba lanzar un hechizo. El problema era que mi energia mágica era insuficiente para hacer algo a gran escala. Aun así debía inetentarlo, eso era mejor a morir sin hacer nada. Al menos de esa forma podría ver a los antiguos héroes de las leyendas a la cara cuando nos encontráramos en el mas allá.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora