Hasta que Jonghyun llegó por él lo había estado haciendo bien, distraer su mente de lo que le afligía era sumamente difícil cuando no podía hacer más que esperar, se había concentrado entonces en mantener su respiración estable y no levantar la vista, la presión en su pecho se intensificaba por momentos conforme a su desesperación. Quería estar solo para poder autocompadecerse por haber sido tan ingenuo, no había ningún engaño de por medio y claramente estaba recibiendo los resultados de su tonto enamoramiento, el saber desde un comienzo que había muy pocas oportunidades para su relación sin embargo, no lo hacía menos doloroso.
Cuando el mayor llegó, soltando su enfado y recordándole que seguía siendo solo una carga para todos, haciéndolo consciente de la cantidad de personas a las que había puesto en peligro por su estupidez, las lágrimas simplemente comenzaron a bajar por su rostro sin control. Por que era cierto, desde siempre había sido una carga para todos a su alrededor, la segunda opción, como él mismo se había llamado hace algunas horas, alguien que no resultaba imprescindible; quería mantenerse fuerte pero en aquellos momentos se sentía tan solo y agobiado. Y Jonghyun tenía razón, por un capricho estaba arriesgando a otras personas y se sentía culpable y ridículo por llorar frente a alguien a quien apenas conocía; intentó detener su llanto limpiando su rostro con furia con las mangas de su abrigo pero solo logró que un temblor se apoderara de su cuerpo, bajó el rostro y mordió con fuerza sus labios tratando, de alguna forma, de hacerse pequeño y ocultarse.
Sentir los fuertes brazos rodeándolo lo tomó totalmente por sorpresa, contuvo la respiración hasta que sintió la mano del mayor acariciando su espalda como consuelo y ya no pudo contenerse, aferró ambas manos a la camisa de su guardián y soltó los pequeños lamentos que tanta desesperación le había costado reprimir, sabía que no sería capaz de ver al rostro de Jonghyun cuando recuperara su temple, pero en ese momento, ocultarse entre sus brazos era el único alivio que tenía.
Jonghyun se mantuvo junto a él y fue solo cuando Kibum lo alejo suavemente, en que se movió hasta su lado tomando asiento; el menor volvió a pasar las mangas por su rostro y Jonghyun guardó silencio, esperando a que el joven decidiera hablar. Se sentía arrepentido de sus palabras y responsable de sus lágrimas, solo había descargado su enojo y, aunque en un principio no le habría importado lastimarlo, el ver al menor tan frágil lo había hecho reaccionar protectoramente, era débil ante las lágrimas.
—Lo siento - Susurró Kibum; Jonghyun se inclinó hacia adelante, apoyando ambos codos contra sus piernas, mirando al frente para no incomodar más al menor preguntó —¿Qué ocurrió?
Kibum tardó un poco en responder, no le desagradaba Jonghyun y, aunque desconfiaba de él, aún si le contara a su padre ya no significaría un problema. —Rompimos. - Susurró esperando que el mayor comprendiera —Él... su esposa está esperando un bebé.
Jonghyun lo observó, sus labios abiertos por la sorpresa pero sin atreverse a preguntar. Kibum sonrió antes de seguir hablando, aquella era precisamente la reacción que esperaba.
—Pensé que había alguna posibilidad, que él la dejaría... - Prosiguió, limpiando las traicioneras lágrimas que se empeñaban en seguir escapando.
—Quizás fue lo mejor... Sé que no son las palabras que uno quiere escuchar en estos momentos, pero probablemente lo sabías ¿verdad?, esa relación no tenía futuro. Aunque ahora sea difícil, podrás seguir adelante - No había una pizca de burla en su rostro, por ello cuando el mayor se levantó extendiendo su mano para ayudarlo, Kibum la aceptó sin dudar.
Aún con su brazo herido Minho felizmente se hubiera encargado de darle una paliza a Jonghyun por haber perdido de vista a su amigo, a penas cruzaron el umbral pudo notar el rastro de lágrimas en el rostro de Kibum. Sintió la furia arremolinarse en su vientre cuando Jonghyun pasó a su lado lanzando una mirada desafiante, tampoco él olvidaba que Taemin se había visto expuesto por su causa. Kibum ignoró sus preguntas y solo siguió a Jonghyun hasta la oficina de su padre, aunque no escucharon respuesta del otro lado, ambos ingresaron al interior del cuarto; al verlos el sr. Kim se levantó inmediatamente de su escritorio avanzando contra su subordinado para estampar su pesada mano, forjada a la fuerza de incontables peleas; en la mejilla de Jonghyun. Kibum observó asustado, el otro joven aguantó el golpe estoicamente, sin a penas moverse a pesar de la sangre que comenzaba a brotar de su labio inferior. Cuando el hombre mayor volvió a levantar su mano preparándose para golpearlo nuevamente, Kibum se interpuso haciendo que el mayor de los Kim se detuviera con su mano en alto.
—Esto es algo que debes solucionar conmigo, padre - Jonghyun lo escuchó decir, podía ver en su espalda la postura firme, su padre en cambio había bajado su brazo con rapidez y su boca se había transformado en una linea tensa, ocultando sus labios en una mueca de enfado.
—Jonghyun, retírate! - Ordenó el hombre mayor, aún así Jonghyun no se movió hasta que obtuvo un asentimiento de parte de Kibum; sabía que su padre no lo lastimaría pero no dejaba de sorprenderle el hecho de que el menor estuviese intercediendo por él, arriesgándose y asumiendo su parte en aquel embrollo. Tal vez, y solo tal vez, Kibum no era aquel niño mimado que él había imaginado. No encontró a Taemin al salir del lugar, por lo que puso marcha hasta su departamento y en el primer alto del semáforo sacó su móvil de la guantera para marcar un número de memoria.
—Tienes algo? - Fue la respuesta al otro lado.
— Antes necesito que averigües algo por mí - Habló directo, no necesitaban los saludos, Jinki era uno de sus principales informantes pero mantener la comunicación con él era peligroso. Por unos segundos no hubo más que silencio desde el otro lado —Jinki, no tengo tiempo.
—De acuerdo... bien, dime qué necesitas.
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The fox and the hound
FanfictionA pasos rápidos se escabulló en el mar de gente que, estresada, atestaba la ciudad a esa hora, probablemente preocupada de aprovechar el poco tiempo antes de volver a sus rutinas de trabajo; con solo ver sus rostros se alegraba de no tener que pasar...