10. Acercamiento

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  Antes que su mente, su cuerpo reaccionó avanzando para resguardar a su jefe cuando la puerta fue abierta violentamente; tres desconocidos irrumpieron en la oficina del hombre mayor, dos de ellos inspeccionando el lugar con la vista.   Minho pudo ver a algunos de sus hombres tras ellos, nerviosos, esperando algún comando de su jefe inmediato; lanzó una mirada interrogante en su dirección pero antes de que estos siquiera respondieran, el hombre que dirigía a los otros dos desconocidos habló.

Siento la interrupción - dijo el joven mientras se abría paso entre sus guardias.  —No es culpa de sus hombres... el lugar está rodeado - Fingió susurrar.

Minho pudo percibir el brillo metálico bajo el abrigo de los gorilas que le acompañaban, a pesar de estar completamente rodeados de sus enemigos, los hombres no mostraban ni una pizca de nerviosismo, conocedores de la ventaja que el elemento sorpresa les había concedido.    Cuando Kim le hizo una seña retrocedió hasta posarse, de pie, tras el asiento del mayor e indicó al resto que salieran del lugar.    El arrogante joven despachó también a sus guardias y tomó asiento en el lugar que Kim le había indicado.

¿A qué debo su visita?, joven Huang. - El muchacho sonrió y se acomodó en el asiento cruzando sus piernas y posando sus manos sobre ellas para inclinarse hacia adelante.

Debieron conseguir buenas tomas - Habló refiriéndose al hecho de que conocieran su apariencia.

No parece sorprendido - El mayor ofreció a su invitado un vaso de coñac que el joven aceptó gustoso. 

Claro que no, sus hombres no son tan discretos como piensa.  Tengo a uno de ellos, por cierto - informó casualmente luego de vaciar el vaso con licor —Tenía... No era muy leal por lo que creí correcto encargarme de él.

Minho se tensó ante las nuevas noticias, el hombre sentado frente a ellos no debía superarlo en edad, una agradable sonrisa que contrastaba con la sardónica mirada, el tipo de persona que era capaz de todo por cumplir sus objetivos.   Claramente no se trataba de Jonghyun de quien hablaba, si no del otro chico que había servido como vigilante y no se había presentado durante un tiempo.

Ya veo, hasta ahora usted ha eliminado a tres de mis hombres, joven Huang.

Y yo he perdido bastante dinero a causa suya, señor Kim - respondió retador para proseguir luego de un momento —Lamento mi descortesía al presentarme sin invitación pero, esta es una visita cordial - Habló levantándose del asiento y ajustando su saco de diseñador —Una amigable advertencia, lo entiende, ¿verdad?

El joven se retiró con calma siendo alcanzado en la puerta por sus dos guardias, los hombres de Kim haciéndose a un lado cuando estos pasaban.   Cuando la puerta fue cerrada Kim se dejó caer en su asiento en silencio, la furia desfigurando su rostro y los objetos siendo desparramados de su escritorio. 

Minho salió de la oficina maldiciendo y tecleando rápidamente en su móvil mientras ordenaba al resto que revisaran el perímetro.




 No habían pasado más de treinta minutos cuando los vio aparecer por la entrada principal, parecían mantener una acalorada discusión y más de una vez sintió el impulso de acercarse e intervenir; bajó del auto para hacerse notar, listo para acercarse si el tipo intentaba propasarse de algún modo, aunque no parecía del tipo violento, tampoco lucía como la clase de persona que engañaría a su pareja.  Jonghyun había aprendido a no dejarse guiar por la apariencia, confiaba más bien en su capacidad de observación, algo que debió aprender para sobrevivir, y es que había mucho que podías averiguar con tan solo ver las expresiones de la gente.  

 Se cruzó de brazos al recargarse en el auto, para él al menos era obvio que las intenciones del hombre distaban de algo formal, Kibum merecía a alguien mejor que ese tipo, admitía que el joven era hermoso, agradable incluso cuando no estaba siendo terco y aunque la familia a la que pertenecía debía ser un gran impedimento a la hora de encontrar a un compañero, el joven Kim tenía sus manos totalmente limpias a pesar de haber crecido en torno a ese ambiente.    Lo había investigado y podía comprender ahora su recelo ante los negocios de su padre, el doloroso pasado al que había sido sometido, lejos de derrumbarlo, lo había convertido en una persona dispuesta a dar una batalla por salir adelante enfrentando sus propias debilidades; una historia similar a la propia que había logrado que, en pocos días, tomara un especial afecto por el joven, ya no podía verlo como el joven caprichoso que pensó era en un principio.

Se movió de su posición cuando el móvil comenzó a vibrar en su bolsillo, era extraño ver el nombre de Minho en la pantalla, ellos no solían comunicarse.

"Lleva a Kibum a un lugar seguro...  Estoy enviando a Taemin contigo."

Lanzó un juramento por lo bajo ante la falta de información y comenzó a caminar en dirección a la pareja que aún discutía, recordó entonces el auto sospechoso y maldijo nuevamente por no haber puesto la debida atención, Kibum seguía siendo la prioridad. 

Lo siento Kibum, debemos irnos.  - El joven volteó en su dirección asintiendo.

No puedes irte así - Interrumpió el otro sujetando su brazo.

No tengo nada más que decirte - Respondió intentando liberarse, la mano de Jonghyun tomó entonces el brazo del otro hombre haciendo presión y logrando que este soltara a Kibum.

No vuelvas a tocarlo de esa forma - Amenazó mientras el otro se quejaba por el agarre.  Posó entonces su mano en la espalda del menor y lo guió hasta el automóvil asegurándose antes de no estar bajo vigilancia.  

¿Qué ocurrió? - Preguntó luego de un momento.

Nada, solo un idiota volvería con él - respondió Kibum recargando su cabeza en el asiento; Jonghyun no pudo evitar sonreír, de alguna forma le alegraba que Kibum no cayera ante ese tipo, sin querer evitarlo llevó su mano hasta los cabellos del joven para despeinarlo.

No quiero ir a casa - Jonghyun asintió sonriendo, eso facilitaba las cosas.

De acuerdo, iremos por comida y luego con Taemin -  Hablaría con el menor y luego, cuando supiera cuál era la situación, decidiría si Kibum debía o no saberla.

Kibum asintió y Jonghyun notó que algo lo tenía intranquilo cuando lo vio morder su labio inferior.  —¿Qué ocurre? - Le preguntó fijando su vista en el camino, sería más fácil para Kibum hablar si él tenía su atención en algo más.

Gracias por acompañarme. Y por ayudarme a librarme de él.

¿Te lastimó? - Preguntó, los puños tensándose en torno al volante.

No es eso.  - Suspiró Es solo que, si no hubieras intervenido probablemente hubiese vuelto a caer en sus palabras.

Jonghyun fijó su vista en las manos que apretaban el volante, percatándose solo entonces de la tensión que estaba conteniendo.

Está bien, incluso si no tuviese que protegerte no querría que ese idiota se te acercara. -Respondió torpemente, se sentía aturdido y encandilado por la bonita forma que tomaban los labios del joven cuando sonreía.




The fox and the houndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora