Frotó sus ojos y se escondió aún más entre las mantas, atento a los sonidos del exterior. Pensó que se trataba de algún resquicio del sueño pero, momentos después, reconoció la voz de Minho manteniendo una conversación, no podía distinguir de qué o con quién hablaba y, empujado por la curiosidad, salió de su cuarto guiándose por la profunda voz del mayor hasta la cocina.
No se atrevió a invadir el lugar cuando lo vio atraer a Kibum por los hombros, en un abrazo, y a este recargar su cabeza en el hombro del más alto. Minho mantenía una cálida sonrisa mientras animaba a su amigo, era algo que le había visto hacer pocas veces y que cambiaba por completo las facciones de su rostro, parecía incluso más joven sin la seria expresión que siempre lo acompañaba, y él se sintió mal, no solo por distinguir la cercana relación entre su amigo y su superior, también por reconocer, con miedo, la insistente punzada de los celos. No era un idiota, sabía que los sentimientos que le invadían cada vez que veía al alto no se trataban, de ninguna forma, a algo parecido a lo que sentía por Jonghyun o, ahora, por Kibum; pero tampoco era algo que quisiera definir, no podía romper los preceptos que se había obligado a respetar. Volvió a su cuarto sin que los amigos notaran su presencia, y estaba bien, lo había estado arrastrando por bastante tiempo y aunque solo era capaz de reconocerlo cuando se sentía débil, él podía mantenerse firme si evitaba ese tipo de escenas.
Jonghyun había optado por seguir siendo el guardián de Kibum, por mantenerlo alejado del peligro y refugiarlo en su hogar mientras evaluaban la situación. Tras una semana conviviendo con el joven, había esperado, con pesar, que todo aquello resultara en un desastre; sin embargo no podía explicarse en qué momento las cosas entre ellos habían comenzado a cambiar, podría haber comenzado cuando lo acompañó a encontrarse con ese hombre, o bien podría ser cuando Kibum enfrentó a su padre. Si bien la tensión latente entre ellos seguía presente, ahora era de un modo totalmente diferente.
No podía evitar observarlo, Kibum era ruidoso - rayaba en lo escandaloso si era sincero- ; y él, acostumbrado al silencio de aquel sitio, se encontró acogido en un ambiente que pocas veces había tenido la oportunidad de disfrutar y que, podía asegurar, era también la razón por la que Taemin se sentía tan cómodo junto al joven.
Kibum se estaba apropiando de su espacio, en sus controladas salidas había aceptado traer los encargos del muchacho, podía cumplir uno o dos caprichos por el bien de su convivencia, el orden que el joven tanto se preocupaba en mantener y la comida casera que insistía en preparar eran gestos que estaban lejos de molestarlo.
—Hey... deja de hacer eso, van a salirte arrugas - Lo interrumpió, Kibum estaba arrellanado en el sofá despotricando contra su padre con quien acaba de cortar la comunicación telefónica. A él mismo se le estaba dificultando seguir las órdenes de Kim ante la escasa comunicación que habían mantenido, no tenía claro cuáles eran los planes actuales e incluso Minho, quien estaba constantemente al pendiente de Kibum, parecía sumamente desorientado.
No podían hacer nada contra la familia Huang si se mantenían separados pero él, a pesar de las órdenes de mantenerse alejado por un tiempo, había llevado adelante sus propias investigaciones. Tenía ahora la confirmación de que las operaciones llevadas adelante por la policía local no provenían de ninguno de sus superiores, y habían sido especialmente estructuradas con el fin de inculparlos a ellos. Pero no podía liberar esa información sin antes saber quién era el gestor y cuál era su objetivo, si aprovechaba bien sus oportunidades podría incluso utilizarlo a su favor.
—¿Deberíamos salir? - Preguntó casualmente logrando que el menor le prestara atención. Había estado insistiendo por ello y aunque él se había negado desde un principio, podía entender que el encierro estaba afectándolo. Dejó salir una suave risa cuando Kibum se movió de su lugar para buscar un abrigo.
Pasaron la tarde entre abarrotadas tiendas, Kibum lucía feliz y también él se encontró sonriendo en más de una ocasión. Cuando volvieron a la primera planta del edificio Jonghyun pudo reconocer entre la gente a dos de los hombres que habían atacado el salón de juegos, pensó en ocultar a Kibum y llamar a sus hombres pero antes de que tuviese tiempo para reaccionar, también los dos hombres lo reconocieron a él y comenzaron a correr en su dirección empujando a la gente que se atravesaba en su camino.
Jonghyun tomó al menor de la mano y le gritó que siguiera su ritmo, no podía enfrentarlos en ese lugar y mucho menos con Kibum a su lado. Cuando uno de los hombres lo alcanzó, Jonghyun movió a Kibum a su espalda y recibió un golpe antes de sentir un dolor punzante en su costado, ignorando el dolor se las arregló para propinarle un par de golpes a pesar de la fortaleza física que el otro mostraba, no era suficiente para detenerlo pero le dio el tiempo para alejarse y tirar los estantes sobre el otro tipo. Por una fracción de segundo pensó en utilizar el arma que traía escondida pero desechó la idea de inmediato al ver a Kibum congelado entre los espectadores que se habían reunido, sin responder a sus llamados; Jonghyun tomó su brazo y, volviendo a correr, lo sacó del edificio y no se detuvo hasta asegurarse de haberlos perdido.
Se apoyó entonces en el muro de un callejón en donde se encontraban algunas puertas traseras de concurridos locales comerciales, sus manos sobre sus rodillas mientras intentaba recuperar la respiración y se aseguraba de estar a salvo. Cuando volvió su vista a Kibum, este apoyaba su espalda en el muro, recuperando la respiración al igual que él pero en una rígida posición que mantenía sus extremidades temblando, cuando vio su rostro comprendió que todo aquello era causado por el miedo. Tomó el rostro del menor entre sus manos, sus ojos estaban cerrados y su labio inferior era atrapado entre sus dientes.
—Kibum, vamos, solo mírame. Hey, ¿estás herido?... - Kibum negó, aún temblando e intentando calmar su respiración.
—Tranquilo, ven acá - habló atrayéndolo —Todo está bien. Te prometo que nada va a pasarte mientras estés conmigo.
Ver la mirada cristalina del menor lo hizo sentirse repentinamente débil, y él estaba tan cerca entre sus brazos que, sin pensarlo demasiado, dejó que sus labios rozaran los del menor y entonces, todo se desvaneció.
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The fox and the hound
FanfictionA pasos rápidos se escabulló en el mar de gente que, estresada, atestaba la ciudad a esa hora, probablemente preocupada de aprovechar el poco tiempo antes de volver a sus rutinas de trabajo; con solo ver sus rostros se alegraba de no tener que pasar...