Desde su posición tenía una clara vista de la serena expresión en el rostro de Kibum, era demasiado orgulloso para permitirse llorar frente a aquellos desconocidos, y su gesto podría haber cumplido su objetivo de engañarlos si no fuera por las notorias marcas que el dolor hacía imposible ocultar.
Los rostros hipócritas de muchos socios importantes de la empresa también se habían dejado caer en el lugar, ofreciéndole sonrisas falsas y condescendientes, como si él fuera tan idiota de creer que sentían su muerte cuando ya estaban planeando a quién poner en su lugar.
Jonghyun era testigo de la dura posición en que el joven se encontraba, tratando de lidiar con la pérdida y cumpliendo el papel que esperaban representara, no solo como el heredero de un empresario, si no también como el hijo de uno de los principales lideres de las kkangpae, quien debía dar la cara y renunciar voluntariamente a cualquier derecho de sucesión, era evidente que ninguno de esos hombres le obedecería y aunque Kibum tampoco tuviera interés alguno en involucrarse, debía cumplir con sus protocolos si no quería verse nuevamente envuelto en sus riñas.
Minho se encontraba junto a él, igual de abatido pero montando una pantomima más eficaz, alzándose como el guardián de la casa y de los restos del grupo Kim. Los hombres confiaban en él, pero Minho se rehusó a tomar el control del grupo cuando el puesto le fue ofrecido, había fallado en proteger al hombre que consideraba como un padre, qué derecho podía tener entonces a tomar el lugar.
Jonghyun nunca había visto a Minho tan dolido y desorientado como aquel día, había sido impactante ver sus lágrimas y cómo se aferraba a Kibum pidiéndole perdón. No fue capaz de irrumpir en la escena cuando el reconocimiento despertó en él una pequeña simpatía, porque también él había experimentado ese dolor, y comprendía también que a quien necesitaba Kibum en ese momento era a Minho, por muy roto que estuviera en ese instante, seguía siendo parte de esa familia y era claro que su pareja veía en él a un hermano.
Volvieron esa misma mañana a Seúl, hasta la gran casona que hasta hace poco tiempo había sido una sede y un hogar, el mismo que vio crecer a Kibum y también donde debió despedir a su familia; el viaje fue silencioso y Jonghyun se encargó de conducir, dando preocupadas vistas hasta el asiento trasero en donde el más joven había caído dormido por el agotamiento. Sintió también la mirada de Minho clavarse en su nuca y trató de seguir concentrado en la pista hasta que el alto decidió hablarle.
—Esto no fue un accidente. - Aseguró, Jonghyun procuró prestarle atención mientras el otro seguía hablando —¿Sabes que sus abuelos murieron de la misma forma?
Asintió a través del espejo sin ocultar su turbación cuando sus palabras comenzaron a tomar sentido — ¿Estás diciendo que eso tampoco fue un accidente?
—Fue provocado. El sr. Kim había tomado hace poco el control de las empresas de su padre - Murmuró teniendo cuidado de no despertar a Kibum —Siendo una de las compañías más poderosas recibió mucho apoyo de parte de los grupos locales para dirigirlos aunque, por supuesto, había algunos que no estaban de acuerdo. Tenía enemigos y aunque estábamos al tanto no fuimos tan cautelosos como pensamos. Había un tipo, un antiguo miembro de la familia Kim que aprovechó las revueltas para tomar venganza.
Vio Minho apoyar la cabeza contra el vidrio de la ventana mientras mantenía su mano sobre el brazo de Kibum, como si temiera que también él fuese a desaparecer.
—Nunca pensamos en él, demonios, jamás se nos habría pasado por la cabeza.
—¿Cómo llegaron hasta él? - Intervino Jonghyun
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The fox and the hound
FanfictionA pasos rápidos se escabulló en el mar de gente que, estresada, atestaba la ciudad a esa hora, probablemente preocupada de aprovechar el poco tiempo antes de volver a sus rutinas de trabajo; con solo ver sus rostros se alegraba de no tener que pasar...