23. Ocaso

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Jinki revisó la dirección en su móvil corroborando que esta correspondiera con el archivo del folder que tanto le había costado obtener, y puede que gracias a su influencia se haya saltado algunos protocolos, pero no podía seguir esperando cuando su intuición lo guiaba en esa dirección.

Dio un rápido vistazo al mesón en donde suponía debería haber algún conserje, el edificio era antiguo y los departamentos parecían ser pequeños, esperó unos minutos tratando de llamar la atención con la campanilla en la puerta pero pronto se dio por vencido.  Si nadie aparecía entonces supuso que podría acceder hasta la siguiente planta sin anunciarse, subió los escalones con prisa y saludó a una anciana que terminaba de bajar con algo de dificultad.

La segunda planta no era muy diferente, había alrededor de cinco puertas y avanzó revisando los números hasta el cuarto departamento del piso; estaba nervioso, no sabía a ciencia cierta qué diría si aquella persona seguía habitando ese lugar.  Al cabo de unos minutos escuchó ruido en el interior e insistió con los golpes.  Un hombre mayor abrió, lucía algo demacrado y parecía haberlo sacado de una siesta, aquello era un mal inicio.

¿Qué quieres? - Preguntó de forma hosca

Es... Busco al ex agente Cho - El hombre asintió con desconfianza y le dejó pasar mientras Jinki se presentaba —Mi nombre es Lee Jinki, del departamento de investigaciones de Seúl. Quisiera hacerle algunas preguntas con respecto a un accidente... que involucró a la familia Kim hace algunos años. 




 Supo que algo iba mal cuando no encontró a los guardias en su lugar habitual, las luces del exterior permanecían apagadas aunque el sol había comenzado a esconderse hace algunos minutos.  Manteniendo el móvil entre sus manos se acercó hasta la puerta que permanecía junta  y dio un rápido vistazo al lugar, los muebles habían sido vaciados y estrellados contra el piso, no había ningún espacio que estuviese libre de la destrucción; en medio de todo el desorden le tomó un tiempo reconocer el cuerpo tendido hasta el cual se impulsó sin pensarlo, volteándolo y buscando sus signos vitales, cuando logró percibir su respiración marcó el número de emergencias y se comunicó luego con la policía.  Podía traerle problemas a su padre y también a él,  era consciente de ello desde que aceptó ser parte de las reuniones, pero no se  había involucrado en ninguno de sus negocios y no estaba dispuesto a mantenerse al margen de la ley y arrastrar con ello a gente que nada tenía que ver.   

Jonghyun llegó un par de horas después, luciendo desesperado y estrechándolo entre sus brazos sin importarle la presencia de Minho, quien había viajado junto a él.   Aunque las horas de viaje eran pocas seguía siendo peligroso moverse sin un mayor resguardo, la casa estaba siendo custodiada por un par de policías pero aquello no aseguraba que Kibum estuviese a salvo. 

Podía evidenciar la preocupación en el rostro de Minho, quien los condujo hasta el hotel en que pasarían aquella noche en un completo mutismo.  Cuando llegaron hasta el lugar Minho anunció que volvería a Seúl, despidiéndose con reticencia de Kibum e indicándole a Jonghyun que lo acompañara al pasillo.

Van a atacar a Park - susurró deteniéndose en medio del corredor.   Jonghyun asintió, habían intentado posponerlo, Kim quería asegurarse, pero este nuevo ataque a Kibum no era algo que el mayor pasaría por alto, no cuando habían llegado tan lejos.  —Necesito volver

Me haré cargo de Kibum, ve con el jefe -  El alto mantuvo una dura mirada sobre él, decidiendo si podía o no confiar  —Si algo le ocurre... 

Lo protegeré con mi vida - Cortó la amenaza y Minho comprendió que era cierto, había visto el alivio en su rostro cuando llegaron hasta el menor, Jonghyun se mostraba decidido a arriesgar todo por la seguridad del joven.

Al regresar al cuarto Kibum seguía de pie frente a la ventana, Jonghyun se acercó posando su brazo sobre los hombros del más joven y atrayéndolo, con el temor abandonando su pecho de una vez.   Se encontraron en un beso ansioso y necesitado que lentamente se convirtió en una leve caricia.

Te quiero - musitó Kibum y sus ojos eran tan brillantes que podía tener certeza de sus palabras.   

Las inseguridades habían crecido con el tiempo y no podía evitar cuestionarse si el joven realmente sentía algo por él o era acaso la cercanía por las situaciones en que se habían visto envueltos.  Lo sabía, la gente podía sentir una momentánea atracción, pero ese no parecía ser el caso de Kibum, podía leer la sinceridad en la profunda mirada en que se había visto atrapado y de la cual no tenía intención alguna de escapar.

Estaba tan asustado - reconoció Jonghyun contra sus labios y cerrando sus ojos, porque de esa forma no se sentía tan expuesto, había tenido tanto miedo de perderlo, imaginando los peores escenarios sabiendo que era imposible llegar a tiempo y protegerlo.    A lo largo del camino la impotencia había comenzado a torturarlo porque era su culpa, si Huang no lo hubiera descubierto Kibum jamás se habría visto expuesto de esa forma y él jamás podría perdonarse si algo le ocurría.  

Jonghyun se desprendió del abrazo, tomando su mano y guiándolo hasta la cama que abarcaba gran parte de la habitación.  Ambos se tendieron sobre las mantas abrazados mientras Jonghyun dejaba que sus manos recorrieran la delicada espalda del menor, Kibum escondió el rostro contra su cuello depositando suaves besos sobre el amplio pecho, no quería pensar y por ello volvió hasta el rostro de su guardián reclamando sus labios en un beso exigente que fue correspondido de igual manera.  La ropa comenzaba a estorbar cuando se detuvo, reteniendo a Kibum bajo su cuerpo, las tersas manos que se aferraban a su pecho, el sonrojo en el rostro del joven y sus suaves jadeos estaban volviéndolo loco, pero no podía tomarlo de esa forma.

¿Estás seguro de esto? - Kibum asintió con la respiración entrecortada y una mirada acuosa, podía sentir los latidos acompasados contra su propio torso.  Con sus dedos delineó las facciones del menor, absorbiéndolas y guardándolas en su memoria hasta llegar a sus labios, cuando Kibum tomó su mano y besó uno a uno sus dedos manteniendo la vista contra la suya, profunda y tan llena de amor que Jonghyun supo que estaba perdido.



Los hombres de Kim habían estado reunidos evaluando cómo actuar ante los recientes descubrimientos sobre Park, aún estaban pisando sobre un terreno pantanoso, siendo limitados por la investigación que pesaba sobre Kim y sus empresas de las que también Park era socio.

Minho había interrumpido la reunión de forma abrupta, llevando a Jonghyun junto a él cuando explicó, entre prisas, la llamada de Kibum.   Al ver el rostro compungido del líder pasar a la cólera, Taemin no tuvo duda alguna de lo poco que le importaban las consecuencias, si Park estaba involucrado en el ataque iba a pagarlo caro, y su deber, como uno de sus subordinados,  era advertirle.

The fox and the houndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora