13. Claroscuro

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 Abrió los ojos con dificultad al sentir el calor y la luz proveniente del exterior golpeando en su rostro, el dolor en su costado se volvió agudo cuando frenéticamente se levantó en busca de Kibum, los recuerdos llegando a su mente y confundiéndolo hasta hacerlo caer del lugar en donde reposaba.   Ante el estruendo, la puerta de la habitación fue abierta súbitamente y solo cuando vio a Taemin de pie en el umbral, comprendió que se encontraban a salvo.   

 No fue capaz de comprender las palabras del menor, el cuarto, que ahora reconocía como el suyo, seguía dando vueltas y su boca seca le dificultaba expresar sus dudas.  Minho entró poco después al lugar y ayudó al menor a subir a Jonghyun hasta la cama.

Jonghyun se aferró al brazo del alto y este, con paciencia, esperó a que lograra formar las palabras.

Kibum, dónde... - Preguntó con dificultad, su garganta ardía por el esfuerzo pero él necesitaba obtener la respuesta.

Está seguro - Respondió liberando con facilidad su brazo del agarre y dejando el cuarto nuevamente.  Desvió entonces su vista hasta Taemin, sabiendo que no obtendría más respuestas por parte de Minho.    El joven asintió y le tendió un vaso con agua indicándole que bebiera lento. 

Jonghyun se acomodó en la almohada y lentamente levantó su remera intentando averiguar la gravedad de la herida, su mente aún estaba confusa pero aquella no era la primera vez que salía mal librado de alguna pelea, comprendía que sus síntomas se debían a la pérdida de sangre y pronto, reafirmando sus pensamientos, Taemin habló.

No es bueno que te muevas de forma brusca, perdiste mucha sangre, hyung.  Kibum estaba muy asustado cuando llamó a Minho hyung.

Dónde...cómo?...- Fue todo lo que logró formular, la voz ronca pero menos lastimada.

¿Kibum?, ¿ustedes? - Preguntó obteniendo solo un asentimiento —Estaban en un callejón en el centro, no fue difícil encontrarlos.  Kibum no quería alejarse pero Minho hyung lo envió con uno de sus hombres a una de las estancias del señor Kim.

Cuando Taemin lo dejó solo Jonghyun se permitió tomar un descanso, al borde del adormecimiento los pensamientos y recuerdos comenzaron a agolparse, se sentía aliviado al saber que el joven Kim se encontraba bien.   No era la primera vez que debía proteger a alguien pero era, sin embargo, la primera en que la persona involucrada nada tenía que ver con aquel mundo.    Recordó entonces el estado de Kibum, la respiración agitada por la carrera, el cuerpo tembloroso y los ojos vidriosos; una escena bastante atractiva si la situación fuera diferente y entonces... el beso.  El brusco movimiento al reaccionar logró sacarle un doloroso quejido ante la herida nuevamente olvidada, él había besado a Kim Kibum. 



Estaba siendo ignorado por los hombres que, bajo las órdenes de Minho,  debían resguardarlo.  Tampoco Taemin respondía a sus llamadas a pesar de haberle prometido mantenerlo informado del estado de su guardián; estaba preocupado, tanto por su situación como por la condición de Jonghyun.   Lo había protegido y él no podía ignorar la culpa y el temor que comenzaban a embargarlo.   Temía, sobre todo, las sensaciones que el mayor comenzaba a causar en él, sería hipócrita negar la atracción que desde un principio había sentido por el mayor, pero había sido fácil ignorarlo cuando ni siquiera podían mantener una conversación. 

 Lamentablemente con el pasar de los días había observado sus contrastes, Jonghyun podía ser afable, o un completo cínico y luego transformarse en un hombre serio, capaz de dirigir a otros y rodearse de un aura peligrosa.  Y aún a pesar del ambiente en el que vivía, era intrigante lo distante que se volvía su mirada cuando él pensaba que nadie lo observaba, tan triste, parecía siempre buscar algo más allá.  Había visto también lo protector que era con Taemin y él mismo se había visto arrastrado en su inesperado encanto.     

Su mente seguía recreando el contacto que habían tenido sus labios; había pensado, en un principio, que aquel suave roce que había acelerado aún más sus sentidos podía ser producto de la adrenalina, lo había deseado casi pero cuando, cerrando sus ojos, pensó en responder, notó como el peso del mayor se apoyaba en él.    Solo entonces fue capaz de ver la herida y la sangre que comenzaba a teñir también sus manos, en pánico se las arregló para detener la hemorragia y Minho fue en la única persona en quien pudo pensar, no podía simplemente ir a un hospital; como si no fuese suficientemente malo ser el hijo de un mafioso, él no podía permitirse sentir algo más por el subordinado de su padre.



Ingresó al cuarto interrumpiendo abruptamente los pensamientos del mayor, Jonghyun notó la alarma de la que Minho era preso.

¿Qué ocurre?

El sr. Kim acaba de ser informado; Huang está haciendo correr el rumor sobre el heredero Kim. 

Ellos planeaban atacar cualquier brecha, no solo era Huang confirmando la identidad de Kibum. Si los grupos asociados averiguaban de su existencia y actual permanencia en el grupo, incluso siendo aliados podían atacarlos si veían al joven como una amenaza en la constante lucha de poder.    Ninguna de las kkangpae aceptaría a un hijo que había permanecido oculto y alejado de los negocios como su líder, y la forma más simple de deshacerse de una futura amenaza, era eliminándola.

Taemin se quedará contigo.

No, iré también.   Hay un topo, lo sabes, y tus hombres no tienen la mejor predisposición hacia ti.

Bien, no me importa tu estado pero, ¿acaso tú eres de confianza?  - Jonghyun respondió con una mueca dolorosa que Minho relacionó a su herida  

Por supuesto que no. También tú llevas el suficiente tiempo en este negocio para saber que no debes confiar en nadie.  - Minho asintió y salió del cuarto dejándole espacio para cambiarse. 

 Era un recordatorio, pensó Jonghyun; sus sentimientos tanto como cualquier sentido de pertenencia estaban prohibidos, estaba allí por una razón y no podía perder de vista su objetivo. 



The fox and the houndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora