17. Cadalso

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Su cuello tenso pulsó dolorosamente cuando se inclinó en un saludo a su superior; pensó fugazmente que ese sería su estado durante el resto del día, debía adaptarse a las condiciones y mantener la cabeza en frío si no quería echar a perder la operación antes de que esta, si quiera, comenzara.

Su jefe lucía animado y palmeó su espalda al verlo tan serio.

Todo parece estar en orden - Habló mirando alrededor, algunos de sus hombres estaban a la vista esperando su ingreso para volver a sus posiciones, otros pocos aguardaban dentro de la bodega que habían escogido como punto de reunión. 

El perímetro está siendo resguardado y estamos a la espera del proveedor. - Informó manteniendo la vista en su superior.

De acuerdo.  No llevará mucho tiempo, solo mantente alerta y cuida de mi hijo - Ordenó Kim comenzando a caminar al interior del recinto junto a Minho.

Kibum maldijo en voz baja y de inmediato sintió la mirada de Jonghyun sobre él, levantó el rostro dispuesto a enfrentarlo como venía haciendo desde hace un tiempo y, por un breve instante, sintió temor de la persona que estaba frente a él.   Sus ojos parecían dos profundos pozos en donde la luz no tenía cabida, instintivamente dio un par de pasos atrás antes de que Jonghyun lo detuviera, la suave presión en su brazo contrastaba con la oscura mirada que él no se atrevió a descifrar.  Cuando nuevamente volvió la vista hasta su rostro, sus facciones habían vuelto a la seriedad a la que comenzaba a acostumbrarse.

Esto es peligroso - Habló el mayor comenzando a caminar y haciendo señas a los hombres para que volvieran a sus puestos de vigilancia.

¿Crees que quiero estar aquí? - Aunque aún estaba sorprendido por el abrupto cambio, era el primer intercambio de palabras que tenían en mucho tiempo por lo que el enfado en su voz era evidente.

Bien, solo quédate conmigo, estarás seguro.

Eso lo dudo - Dijo lo suficientemente alto para que el guardián se detuviera antes de entrar, Kibum pensó que obtendría alguna reacción de su parte, Jonghyun sin embargo solo tensó su mandíbula y asintió en su dirección.

Fue guiado hasta un andén metálico cubierto por rejillas que se posicionaba a la izquierda de la entrada, a esa altura tenían una vista completa del recinto y lo que parecían ser elementos de alguna vieja fábrica.  Había 5 hombres aparte de Jonghyun, vigilando desde distintas posiciones en el andén, con los hombres que estaban fuera y los que acompañaban a su padre debían ser poco menos de 30 vigilantes. 

Se sobresaltó cuando escuchó a Jonghyun dar aviso sobre la llegada del proveedor y solo entonces notó el artefacto en su oído que lo comunicaba con el resto. 

La transacción no duró mucho tiempo, pronto su padre entregó una gran cantidad de dinero por la sustancia que uno de sus subalternos acababa de probar.   Comprendía que todas las comodidades con las que había vivido hasta entonces provenían de ese tipo de transacciones, verlo de frente e imaginar el resto de los negocios en los que podían verse involucrados sin embargo, causó que el odio por la situación se acrecentara, Kibum sintió el malestar asentándose en su vientre y, exhausto, apoyó su brazo en la baranda desde donde observaban.  Jonghyun, que hasta entonces había permanecido concentrado en la vigilancia, notó la palidez en el rostro del menor y llevó un brazo hasta su cintura para sostenerlo.

Hey ¿estás bien? - Preguntó desviando la vista por instantes hasta donde Kim y el distribuidor cerraban el trato y se preparaban para despedirse.   Jinki debía comenzar a moverse en ese momento, llegar hasta las bodegas desde donde estaban no les tomaría más de 15 minutos. 

Jefe... - Escuchó a través del audífono a uno de los vigilantes de Kim. —Hay dos furgones afuera...

Jonghyun apretó a Kibum contra él y desenfundó el arma que ocultaba en el cinturón.    Minho miraba en su dirección mientras el resto de los hombres, que también escuchaban a través del comunicador, resguardaban a Kim sacándolo del lugar.    Jonghyun asintió en dirección al alto cuando escuchó el tiroteo comenzar en el exterior.  No eran los hombres de Jinki, aferró al joven guiándolo por las escaleras hasta una de las salidas laterales, cuando estuvieron fuera, Kibum vio el auto de su padre salir resguardado por otros dos,  también un carro esperaba por ellos pero llegar hasta él por el espacio abierto no parecía una buena idea.  Jonghyun lo mantuvo oculto entre los contenedores de metal que rodeaban el recinto y marcó el número de Jinki.

No esperó a que el otro hablara cuando el tono dejó de sonar —Cancela la operación y trae a tus hombres hasta acá! - Gritó cuando los proyectiles comenzaron a golpear el contenedor tras el que se ocultaban.    Arrojó el teléfono a un lado manteniendo al menor a su espalda, el joven estaba asustado y era evidente que no comprendía todo lo que pasaba a su alrededor.  

Con la poca visibilidad que había, Jonghyun logró moverse hasta un lugar más seguro.   No había forma en que salieran de allí sin ser heridos, eran alrededor de una veintena de hombres los que les rodeaban, pensó en pánico que sin importar cómo, debía sacar a Kibum de allí. 

   Apuntó a algunos de los hombres que disparaban en contra de los pocos subordinados que intentaban replegarse cuando sintió uno de los proyectiles impactar a unos centímetros de su cabeza, cerca del menor; los latidos comenzaron a resonar en sus oídos cuando volteó disparando, casi sin mirar, a la persona que apuntaba en su dirección.   Dejó que la furia se apoderara de sus acciones y avanzó sin pensar hasta el hombre que había sido herido en el brazo, apretando el gatillo frente a su cabeza antes de que este pudiera moverse. 

Escuchó tras él el grito de Kibum y el nuevo tiroteo que comenzaba, pudo reconocer las luces de las  patrullas y supo que Jinki había llegado al fin.  Aprovechando la conmoción, tomó a Kibum del brazo y lo hizo correr junto a él en dirección al vehículo, el sector no había sido allanado aún por la rapidez en que todo estaba ocurriendo.   El resto de los hombres de Kim corrían en dirección a los autos abandonando a algunos de los heridos y confundiéndose entre los atacantes que ahora se defendían de los uniformados.  Metió a Kibum junto a él en el auto y lo movió hasta el asiento lateral antes de comenzar a conducir a toda velocidad.

Minutos más tarde se estacionó en una de las calles centrales de la ciudad, el movimiento de gente era constante aún a esas horas, las vías iluminadas y bulliciosas no lograban traspasar el silencio dentro del vehículo.   Relajó sus puños contra el volante y dirigió su vista hasta Kibum, el joven tenía la mirada fija en sus rodillas, las temblorosas manos sobre ellas y la respiración aún agitada. 

Jonghyun llevó una mano hasta su hombro ocasionando que el menor se alterara y golpeara su mano para alejar el contacto; negó suavemente reconociendo el temor en sus ojos, tenía miedo de él.

 —Nunca te haría daño - susurró Jonghyun con sorpresa, levantando ambas palmas a la altura de su rostro y causando que la mirada del menor comenzara a cristalizarse.  Él no se alejó cuando Jonghyun llevó sus manos para acunar sus mejillas y luego posar sus labios sobre los otros  —No a ti Kibum - el dolor atravesó su pecho por las palabras que había dejado salir porque, quisiera o no, eran ciertas.    La sola presencia de Kibum hacía que sus convicciones se tambalearan y su mente se llenara de contradicciones.  Kibum era peligroso porque no lo sabía, era peligroso porque lo desestabilizaba y podía llevarlo directo a las manos de la muerte. 


The fox and the houndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora