Samara Lazuli, una licantropa con muchos secretos en su vida. Entra al instituto, después de haber estudiado toda su vida en casa, ella sabe quien le espera ahí, pero nada es lo que ella cree. Cometió un error al pensar que podría confiar en su ¨mat...
Desperté lentamente, me dolía un poco mi cuerpo, me incorporo sujetando las sábanas blancas contra mi pecho. Fue un hermoso sueño el que tuve anoche. Miro abajo y no tengo nada puesto. Miro a mi lado y no ahí nadie, pero parece como si alguien hubiera dormido conmigo. Miro a todos lados y este no es mi cuarto, es el de mi sueño.
Entonces no fue un sueño.... miro dejando de las sabanas y una mancha carmesí me confirma que no fue un sueño. Sonrío inconsciente mente recordando lo que pasó anoche. Pero ¿donde está Jackson?
Escucho un ruido proveniente de la planta baja. Si mal no recuerdo es el departamento que el alquilo por su estadía aquí.
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Sé que es él. ¿Quien más sería?.
Me pongo mis bragas, ya que no traje sostén y no planeo volverme a poner el vestido, cojo su camisa blanca que está tirada y me la pongo, abrocho todos los botones menos los dos de arriba. Bajo las escaleras. Lo veo sentado en la mesa de la cocina-comedor. Me acerco a él sin hacer mucho ruido y lo abrazo por atrás. Lo siento tenso, y no me sigue el abrazo.
- ¿estás bien?- le preguntó.
- no- me respondió seco, tomo un sorbo de su café. Me siento en la silla de su lado.
- ¿por qué?-
Mira su taza y luego a mí. Su mirada es sería.
- ¿sabes lo que hicimos?- me pregunta cómo si hubiera sido lo peor del mundo.
- si, pero....- me interrumpió abruptamente.
- ¿pero que?- me gritó - estuvo mal- volvió a gritar.
- pero si ya lo has hecho con otras chicas, ¿que acaso no te gustó ni un poco?- le pregunte ya un poco molesta.
- claro que no, no me gustas. Te veo solo como una amiga- me gritó, me quede helada.- no te veo, ni te veré nunca como algo más Samara!- volvió a gritar, estaba alterado, demasiado - yo tengo un mate, el cual amo y amaré- se levantó y me miró molesto- solo fue una aventura de una noche y nada más-
- pues si quieres lo olvidamos y ya ¿eso quieres?- me levante yo desafiante y también gritando.
- si, eso quiero- me gritó- y eso aremos, nos olvidaremos de lo qué pasó-
- está bien- tenía que parecer fuerte.
- y también nos olvidaremos el uno del otro- mi corazón se paro- haremos como si nunca nos hubiéramos conocido, solo dos extraños cordiales y nada más. Desde hoy te rechazó como lo que sea que querías que seamos.- sentí un dolor en mi pecho.
