Samara Lazuli, una licantropa con muchos secretos en su vida. Entra al instituto, después de haber estudiado toda su vida en casa, ella sabe quien le espera ahí, pero nada es lo que ella cree. Cometió un error al pensar que podría confiar en su ¨mat...
Ya mande a varios guardias a que busquen lo que me falta. Yo misma me encargaré de Kalipso. No necesito que me lleven, tengo que estirar las patas. Me pongo algo más desapercibido.
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Salgo por mi ventana hacia el patio trasero, y se que es desde un tercer piso, pero sé que no me dejarán salir por la puerta principal sin guardias. Saltó y caigo parada, luego ruedo y termino de rodillas. Me paro rápidamente y me limpió las rodillas.
Corro lo más rápido posible y me transformo.
- al fin- me dijo Lazuli- tenía que estirar las patas.
- vamos donde Kalipso- le dije y ella corrió más rápido.
Pasamos unos minutos y ya estábamos afuera del dominio de Kalipso.
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Para ser una maldita bruja tiene buen gusto, su casa está oculta pero hermosa.
Me transformo a humana. Me acerco y subo a la casa, está entre árboles, pero hay una escalera. Entro en la casa y puedo ver diferentes cosas, si que tiene muchas cosas aquí, parece una tienda de antigüedades.
- qué sorpresa- dijo una voz a mis espaldas, volteo y la veo parada en el marco de la puerta. Sus ojos negros me miran atenta, lleva un vestido negro.
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Me sonríe de oreja a oreja.
- no esperaba visitas- me dijo caminando hacia mi, pasa por mi lado y se sienta en la silla de su escritorio- por favor princesa, siéntese-
