Samara Lazuli, una licantropa con muchos secretos en su vida. Entra al instituto, después de haber estudiado toda su vida en casa, ella sabe quien le espera ahí, pero nada es lo que ella cree. Cometió un error al pensar que podría confiar en su ¨mat...
Los primeros rayos del sol me hicieron abrir mis ojos. Poco a poco mi vista se va acostumbrando a la poca luz.
Puedo ver que estoy apoyada a la ventana de mi habitación, la ventana que da a mí gran balcón.
Me sentía algo incomoda y recordé lo que había sucedido ayer. Me levante como pude, y me dirigí a mi baño.
Me sentía sucia, todavía recuerdo las manos de Marcus sobre mi. Empecé a llorar nuevamente. Me miré al espejo y estaba hecha un desastre.
Me despojé del vestido que estaba roto y me metí a mi bañera. Con la esponja empecé a restregar en cada parte de mi cuerpo que fue tocada por Marcus, me daba asco completamente, lo hacía con rabia y firmeza.
Trate de terminar rápidamente. Cuando termine el sol estaba casi en el mismo lugar, mire mi celular y eran las 5:49, me cambie rápidamente, tengo que saber qué pasó.
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Me coloqué una capa negra y salí de mi habitación. Vi como habían sirvientas limpiando la sangre del piso. Pase de largo.
Camine sin ser detectada hasta los calabozos. Cuando llegue vi a varios de mis guardias y a Kian hablando.
- ¿donde está?- pregunte llamando la atención de todos. Al verme hicieron una reverencia y se volvieron a levantar.
- mi reina- dijo Kian-
- Díganme que capturaron a ese maldito bastardo- dije con odio y rabia-
- si, su majestad- habló el jefe de los guardias- fue capturado apenas llegamos a la habitación.
Yo asentí con la mirada directa a sus ojos. Estaba muy molesta con ese maldito bastardo, y ahora tengo razones para mandarlo a la hoguera.
- ¿Donde está?- dije tajante.
- aquí, déjeme escoltarla- yo asentí y lo seguí.
Llegamos al penúltimo nivel del subsuelo. Llegamos a la última celda. Mire adentro y ahí estaba, de espaldas mirando a la pared de la horrible celda. Lo mire con odio. Tenía ganas de matarlo yo misma, pero no tenía mi lado lobo se había dormido gracias a este maldito infeliz.
Abro mis ojos, la bruja que lo ayudó.
- ¿y la bruja que lo ayudó?- pregunte volteando a ver directamente a los ojos del guardia.
- ya fue capturada, la encontramos inconsciente aquí mismo, amarrada de manos y pies; y con una nota que decía que la entregaba para que no causará más problemas- dijo el guardia.
- correcto- dije satisfecha y con una sonrisa sin separar mis labios. Volteo a ver al infeliz de Marcus que hasta ahora no se ah dignada a mirarme- Marcus Black, tengo el agrado de sentenciarte yo misma- sonreí, él no decía nada. Lo mire extrañada, pero eso me enfurecía más- serás enviado a la hoguera por tus crímenes- pero ni siquiera volteaba a responder. Enfurecí.