Capítulo 5

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Eran dos horas antes de que Bucky interpretara con su grupo sus canciones favoritas, pero no estaba seguro de poder ir. Se sentía en los suelos. Estando al frente del pequeño apartamento de Wanda, le llamó con su voz entrecortada.

—Wand...

—¡Bucky! ¿Qué sucede?

—¿Estás en tu casa?

—No, estoy comprando algo de comer, pero dime qué sucede.

—Solo... necesito que vengas... Estoy aquí afuera...

—Ya voy. Quédate ahí, ¡y por favor, no hagas nada estúpido! Estoy cerca, ¡quédate ahí!

Bucky se quedó ahí, pero se sentía perdido, como cachorro que alguien abandonó. Sacó la pequeña navaja, realmente molesto y triste e hizo algo bastante erróneo con su brazo derecho.

—¿Qué tiene él... mejor que yo? ¿Qué le... hice a Steve... para merecer todo esto? Maldición... —A Bucky le dolían y ardían esas heridas que tenía por dentro y las que se estaba haciendo por fuera.— Si Wanda me ve, me matará... De todos modos me haría un gran favor... Esto... ¡no es vida! -Dijo haciéndose la última cortada.

Vio su brazo y solo se puso a llorar. Eran lágrimas amargas, sin ningún sentido. Algunas gotas de sangre que se encontraban en el piso se mezclaban con sus lágrimas caídas. Sacó un pequeño pañuelo limpiando el poco desastre que había causado en el suelo. Luego, cubrió su brazo con éste, sin temor a que se le infectara. A los pocos minutos vio a lo lejos a una preocupada Wanda caminando muy rápido y luego abriendo la puerta.

—¡Ven, pasa! —Bucky se levantó y entró.— ¿Qué fue lo que sucedió? —James tenía su brazo detrás de su espalda, pero Wanda pudo notar dos pequeñas gotas rojo carmesí en el piso.— ¿Qué es eso? —Bucky rogaba que no lo notara, pero sí lo hizo.— Buck... Quiero ver tus brazos. —Dijo preocupada pero firme Wanda, a lo cual Bucky negó levemente.— ¡James! —Wanda tomó el brazo de Bucky y lo levantó para luego ver solo un pañuelo ensangrentado.— ¿Qué es esto?¡¿Otra vez lo hiciste?! —Bucky bajó su mirada, aún sin hablar.— ¡Sabes que esto es una estupidez! ¡No va a ayudarte con tus problemas! ¡Deja de hacer cosas tan tontas! —Dijo ella enfurecida.

Al notar que la mirada del castaño era estática, perdida y decaída, paró de gritarle. Sabía que la había pasado más que mal con Steve y gritarle solo lo empeoraría aún más. Soltó su brazo y fue por el botiquín de primeros auxilios.

Cuando regresó, ambos se sentaron en el sofá, y ella quitó el pañuelo y empezó a desinfectar las heridas con alcohol.

—Arde... mucho...

—Lo sé, lo sé...

—Lo siento... —Dijo Bucky sin mirar a Wanda.— Siento molestarte tanto... —Wanda solo lo abrazó tan fuerte como pudo, con tristeza y un poco de dolor. Se arrepentía de haberle gritado de esa manera.

—No... Perdóname tú a mí. Siento en verdad haberte gritado.

—No te preocupes, me lo merezco.

—No es cierto. Mereces mucho más que esto. Y lo sabes. —Bucky empezó a sollozar, recordando su situación reciente con Steve.— Si necesitas llorar, házlo. Tienes todo el derecho a hacerlo.

Bucky no pudo más y se quebrantó a llorar. Apartó su brazo derecho y abrazó fuertemente a Wanda con el izquierdo. Wanda acariciaba levemente su cabello largo. Juraba que Steven Rogers las  pagaría, tarde o temprano todo lo que le ha hecho a Bucky. Wanda recordó que en quince minutos tenía el ensayo final, para luego irse con su grupo a la fiesta.

Regret. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora