Capítulo 25

258 24 9
                                    

(Seis meses después)

Cada vez era más la cercanía entre ambos, ya no habían momentos incómodos ni nada por el estilo. Las veces que Steve sentía ganas de llorar o se sentía solo, corría a abrazar a Bucky. Sin importar que estuviera haciendo; trabajando, cocinando o durmiendo, siempre sus brazos eran lo que aliviaba a Steve.

Había cada vez menos rastro de Aiden, solo llamaba un par de veces al mes, y a Steve ya no le importaba ese hecho. Se había vuelto un poco más egoísta, quería a Bucky para él solo. Lo que hubiera pasado antes no le interesaba, solo quería a James y ya.
Bucky, por otro lado, se sentía enamorado otra vez. Amaba que todos los días sin falta recibiría un abrazo del rubio, ya sea porque se sintiera mal o solo le nacía hacerlo. Muchas veces quiso decirle que ansiaba besarle sus labios mil veces o que deseaba hacerle el amor o cosas así, pero ni una sola vez lo comentó.

—Buck...

—¿Sí? —Steve estaba sentado en sus piernas mientras el castaño trabajaba en casa con su laptop.

—¿Te estorbo?

—No.

—¿Seguro?

—Sí. Justo ahora en Diciembre hace frío, me estás conservando el calor.

—¿Estás totalmente seguro?

—Sí, no seas necio. Ya te dije mil veces que sí.

—Lo siento. —Ríe leve.— Me gusta mucho incomodarte.

—Y a mí me gusta que me incomodes. —Le sonrió. Después de unos minutos, Bucky apagó su computadora.— ¿Y bien? ¿Quieres hacer algo?

—¿Terminaste?

—Sí.

—Se me fue rápido el tiempo.

—¿En serio? ¿Será porque te dormiste dos horas sentado aquí?

—Suena lógico.

—Creo que ya no siento mis piernas. Espera... —Cargó a Steve y se puso de pie, pero al hacerlo temblaron un poco e hizo que el castaño se desestabilizara cayendo al suelo.

—¡Buck...! —Se frotó su brazo golpeado mientras el mayor estaba sobre él.

—Maldita sea... Esto es tu culpa.

—¿Mi culpa?

—Sí, por-... Mierda, se siente horrible. —Dijo cerrando sus puños.

—¿Qué?

—Siento como si mil hormigas estuvieran mordiéndome las piernas. —Steve rió.

—Ahorita se te pasará.

—Eso espero...

—¿Qué tal si comemos algo y vemos una película?

—Suena muy bien. Me alegra que tomes la iniciativa de comer.

—Sí, bueno... comer es bonito.

—Lo es. ¿Has engordado? —Le levantó un poco la sudadera para ver su abdomen, pero Steve la bajó con una mano y con la otra, le dio un golpe en la cabeza.— Auch, ¿qué?

—No mires... Aún estoy muy delgado.

—Bien. —Rueda los ojos.

—Vamos a comer.

—Espera, mis piernas se están estabilizando.

—Lo siento. —Ríe.

Después de que las piernas de Bucky volvieran a su curso normal, se levantó junto a Steve y fue a preparar algo de comer. El rubio puso una película animada, hacía mucho que no veía Toy Story. Después de un rato, Bucky trajo unas palomitas, dulces y refresco.

Regret. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora