Panque de Naranja

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Fernanda me trajo a una plaza comercial, subimos unas escaleras eléctricas y lo primero que vi fue una gran tienda de fachada rosa con una enorme ventana, caminamos hacia ésta, al abrir la puerta lo primero que se pudo ver fue un mostrador lleno de galletas, mini pastelitos y otros dulces que no podía reconocer.

-¡Bienvenidos a Dulces Besos!.

Un chico estaba detrás del mostrador, tenía el cabello algo rojizo y su tez era muy blanca, debía admitir que su uniforme rosa le quedaba muy bien.

-Disculpa, estamos buscando a la Señorita Paulina Abascal- dijo Fernanda con una sonrisa. 

-Ella acaba de irse a la otra sucursal- dijo preocupado el pelirojo.

Fernanda solto un pesado suspiro.

-Bien, tendre que ir a la otra sucursal a buscarla, muchas gracias- saco su telefono y comenzo a dar algunos toques a la pantalla de este- Yo no quería irme, moría de hambre y ver tantas cosas dulces me hizo querer probar todos. 

-¿Podemos comprar algo para desayunar?- pregunte a Fernanda antes de comenzará a caminar hacia la puerta.

Fernanda me miro extrañada, después miro al chico del mostrador y comenzó a nacer una sonrisa muy incomoda en su rostro.

-Claro -saco su cartera del bolso y me ofreció unos billetes -Come algo mientras yo voy a la otra sucursal- dio media vuelta y desapareció detrás de la puerta. 

Quede muy extrañado de la actitud de Fernada, sobre todo de esa sonrisa tan extraña. 



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