Recetas para un mal de Amores.

Capirotada

Capitulo dedicado a mi "Voldemort", la Luna siempre fue testigo del amor que te tuve 💚

-Bienvenido Joven Mateo, tenemos preparado su estudio con todos los ingredientes que solicito, ¿necesita que algún Chef le asesore?

-Gracias, pero necesitamos perfeccionar nuestra propia técnica- una pequeña sonrisa se mostraba en el español.

Sabía que Abraham venía de una familia importante, pero nunca imagine que podría disponer de chefs y cocinas a su antojo.

-No te preocupes Pollito, mis padres no están aquí, fueron a visitar a unos amigos.

Nunca he conocido a sus padres, se supone que lo haría después de que nos comprometimos pero...

-Entonces... Trufas ¿eh? 

El sentimiento de culpa interrumpió mis recuerdos, la excusa de las trufas era para poder darme valor y ser sincero con Abraham.

-Alonso, sé que ocurre algo.

El español tomo mis manos, me miraba directos a los ojos, no podía mentirle, no quería seguir.

-Cuando termino el concurso te dije que aun sentía algo por ti y que tal vez podríamos intentarlo de nuevo, pero la verdad es que...

No podía, no quería lastimarlo.

-Es que esto ya no se siente igual, ¿no es así?

Música comenzaba a sonar fuera de la cocina.

-Lo siento, mis padres están apoyando un proyecto sobre músicos independientes, parece que hoy cocinaremos con música de fondo, una un poco triste.

-Abraham, yo te amo, juro que lo hago pero...

-Cuando estuvimos juntos estabas muy seguro del como te sentías al querer estar conmigo, no entiendo qué te detiene ahora de estar con José Miguel.

-Yo-yo no...

-Alonso, sé que lo amas y esta bien, porque yo te amo a ti, fuiste el mejor novio que pude tener pero esta relación se quebró en el momento en que yo decidí arruinarla por mis idioteces, nunca debí lastimarte y aun así agradezco el hecho de que te hayas encontrado con él.

Sus pequeños ojos comenzaban a brillar, largos parpadeos impedían que sus lagrimas brotaran, pero mi cuerpo no reaccionaba, era como si mi corazón y mi cerebro me exigieran escuchar todo lo que Abraham tenia que decirme. 

-Te amo tanto Pollito, pero no quiero que la lastima sea lo que nos tenga unidos, tu siempre serás mi primero y por eso quiero que seas la persona más feliz del planeta entero... Incluso si no es conmigo.

La primera lagrima cayó por su mejilla a pesar de mantener los ojos cerrados y una enorme sonrisa. No pude soportarlo más, tenía que abrazarlo. 

-Alonso, debes ser leal a tus sentimientos.

-Pero yo... yo no quiero dejarte.

nuestro agarre seguía, era tan fuerte, mi corazón me pedía que intentará calmar los sollozos del español, unos minutos y pudimos escuchar una ovación allá afuera, la canción había terminado y parecía dejar un publico emotivo. 

-Deberías llamarlo, su hermana visito la tienda esta mañana, regresarán a México esta noche. 

Abraham logro liberarse de mis brazos, lucía alegre, como si nunca hubiera llorado.

-Si fuera tú me apuraría, esta obscureciendo. 

-Pero la estadía...

-Podrías hacerla en México, Torreblanca es tan fan tuyo que no dudo que regrese a dar clases allá con tal de tenerte como su asistente.

Abraham se había volteado en dirección a la mesa de trabajo, estaba guardando algunas trufas en una pequeña caja blanca.

-llévale unas trufas, dile que son de mi parte, ahora tendrá al chico más maravilloso del mundo, debería celebrar.