Recetas para un mal de Amores.

Bubble Waffle

Dedicado a:

@Eyeslashes

Porque la mayoría de mis notificaciones son de sus votos a "Príncipe de Chocolate" y ahora con "Recetas para un Mal de Amores".

¡Disfruten la lectura!

Alonso estaba viendo algunas bolsas de chocolates, parecía realmente concentrado; acepte venir con él por los ingredientes de su clase demostrativa; una semana sin poder estar cerca de él, fue horrible, en verdad necesito abrazarlo.

-¿Qué es lo que ves?- pregunte al ver a Alonso tan interesado en unos licores.

-Los licores aportan mucho sabor a las recetas, pero no todos los sabores funcionan al momento de hornear, algunos toman mayor fuerza al combinarlo con crema de mantequilla o inclusive crema batida.

El rubio siguió mirando las diferentes botellas, hasta que noto una y su sonrisa apareció, nunca había deseado ser una botella de licor con tal de que me sonriera así.

-Licor de Manzana verde y licor de Miel, son mis favoritos- dijo triunfante poniéndolos en el pequeño carrito de compras.

Seguimos caminando por los largos pasillos de la tienda, algunos moldes, charolas, capacillos, llegamos a un pasillo lleno de plumones y lo que parecía ser maquillaje...

-¿Eso no es brillo de labios?- pregunte al ver que Alonso tomaba algunos.

-No- respondió con risas -Son Cake liners, sirven para pintar sobre el fondant, en mi caso, lo usaré para los cupcakes de esfera- explico el rubio.

Seguimos viendo algunos de la tienda, Alonso parecía estar al tanto de todas estás novedades del mundo de la repostería, quedaba fascinado cada que escuchaba la gran gama de cosas que se podían hacer con los miles de ingredientes, con razón Alonso es uno de los Chefs más apreciados en la escuela de la Señorita Paulina, es un excelente profesor.

-Llegamos a unos de mis pasillos favoritos- dijo emocionado el rubio.

-¿chocolate?- dije casi sorprendido al ver la gran gama de colores y diferentes empaques que tenían todo el pasillo.

-Sí, no soy el mejor en cuanto a chocolatería, en la Universidad al principio fue sencillo pero cada vez se dificultaba, pero después llego Abraham y ...- la sonrisa desaparecía de su rostro.

Intenté acercarme a él para abrazarlo pero alguien golpe nuestro carrito.

-¡Lo lamento tanto, no estaba fijándome por dónde iba!- dijo un chico de cabello obscuro.

-No te preocupes- dije con una corta sonrisa y devolviendo mi atención a Alonso.

Pero parece que el rubio vio a un fantasma, su rostro lucia pálido, no apartaba la mirada del chico.

-¡Alex!- se escucho desde otro pasillo.

-¡Por aquí bebé!- grito el chico del carrito de compras.

Los ojos de Alonso comenzaban a cristalizarse, no entendía, ¿quién era ese chico?.

...