Pay de Manzana

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Uno de los Chef vino a regañar a Alonso por el gran alboroto que se escuchaba en su clase, todas las chicas estaba riendo por la cara de Iván llena de crema.

-Si no puede controlar a su grupo, le recomiendo que no este perdiendo el tiempo, dando clases- dijo el Chef desde la puerta.

Alonso sólo asintió y comenzó a ayudar a Iván a limpiar su cara con ayuda de unas toallas de papel. El chef dio un gran portazo como despedida de nuestra clase.

-Por favor, continúen haciendo sus rellenos- dijo con voz nerviosa el rubio.

Ahora me sentía mal, había arruinado la clase de Alonso, pero en mi defensa también fue culpa de ese jirafon.

-¿Jos, podrías ir a checar cómo van los bizcochos?- dijo el rubio sin mirarme y aun limpiando la cara de Iván.

-Claro...- respondí y comencé a caminar en dirección al horno, todo parecía estar bien; Alonso desde que trabajo en Dulces Besos, me explico que nunca se habré el horno durante la cocción de un bizcocho, porque podría arruinarlo.

-Se ven bien, ¿no?- pregunto el rubio poniéndose a mi lado.

-Sí...

-Gracias- dijo entre susurros sin quitar su mirada del horno- Aveces Iván llega a ser muy molesto con su coqueteo- sonrió - en verdad gracias- esta vez fijo sus ojos en mi y pude admirar en todo su esplendor su sonrisa, tan perfecta, tan brillante y que tanto me enbobaba.

Los pasteles estaban listos, Alonso iba pasando por cada estación para evaluarlos, se mostraba feliz por lo talentosas que eran las chicas del grupo, pero al llegar a la estación que compartí con Iván, esa sonrisa se torno incomoda.

-Cejitas olvido engrasar su molde, intente ayudarlo, pero...

-Gracias Iván- dijo el rubio con una sonrisa y anotando algo en su lista.

Un timbre hizo saber al grupo que la clase había terminado, mientras todos iban saliendo me acerque a Alonso, quería disculparme, por mi culpa lo regañaron.

-Alón, yo quería...

Unos pequeños golpes en la puerta nos interrumpieron, ambos volteamos a ver quién era. Debía ser una broma.

-Hola Pollito...


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