¿En qué momento pensé que ir a una cena de compromiso, en la cual ni siquiera conozco a los novios, era buena idea?
Me he cambiado quince veces de ropa. Como siga mirándome al espejo lo desgastaré por el uso. Y mejor no mencionar que mi padre quiere conocer a Leiv. Imaginé muchas veces en cómo sería el día en el que mis padres conociesen a mi primer novio. En mi cabeza lo vivía como si fuese un mero trámite administrativo: presentarse, hablar de lo tiempo intentando evitar silencios incómodos y poco más. Tengo la impresión de que eso no ocurrirá así.
Desde mi habitación escucho el timbre y mis nervios van en aumento. ¿Por qué siento como si fuera mi primera cita? Bueno, supongo que técnicamente es lo que es.
Me doy prisa en bajar a recibirle, pero mi padre se adelanta. Cuando llego, ambos están quietos analizándose el uno al otro.
— Marcus, éste es mi amigo Leiv,— miro de reojo al último y veo que no le ha gustado mi forma de referirme a él ante mi padre.— Leiv, él es Marcus, mi padre.
Se dan la mano a regañadientes.
— ¿Nos podemos ir ya?
— No hay prisa,— me corta mi padre.— Pasa, Leiv,— y éste lo hace.
Debí haberle avisado sobre lo que se encontraría cuando viniese a mi casa, pero en el fondo me hace gracia ver a Leiv en este tipo de situaciones; situaciones normales y corrientes. Al menos mi madre no está en casa.
— Y dime, Leiv,— comienza el interrogatorio,— ¿de qué conoces a mi niña?
¿Mi niña? Primera vez que me llama así, lo juro.
— Nos conocimos por un amigo en común,— no profundiza; eso a mi padre no le va a convencer.
— Nunca te había visto. ¿Quiénes son tus padres?— noto como Leiv se tensa a mi lado.
— No vivimos aquí, sólo estamos de paso.
Parece que Leiv no solo es cerrado conmigo.
— ¿Y qué os ha traído a Oslo?— se cruza de brazos serio.
— Somos de Oslo, pero no de esta zona de la ciudad. Mi hermano ha encontrado a su mate en esta manada. Después de la boda volveremos a marcharnos.
¿Qué? ¿Se va a ir? Eso no me gusta. Leiv lo nota y se acerca un poco más a mí.
— ¿Te irás y dejarás tirada a mi hija?
— ¡Marcus!— sorprendo a mi padre gritando.— Ya te dije que no éramos novios,— me va a interrumpir, pero no le dejo.— Vámonos ya, Leiv.
Salgo de casa ignorando las voces de mi padre con Leiv siguiendo mis pasos. Cuando estamos fuera, doy un suspiro de cansancio.
— Lo siento,— digo girándome para mirarle.
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MI MATE ME MATA
WerewolfHela ya ha rechazado a su mate antes de conocerse. Ése siempre fue el plan. Ahora ha conocido a Leiv, no es su mate, pero se enamoran. ¿Podrá rechazar a su mate por la persona que más ha querido nunca?