Capítulo 30

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Creo que  nunca me había sentido tan libre. Acelero al hospital y subo las escaleras de dos en dos hasta que llego a la habitación de Melek. Cuando la abro sólo veo a una enfermera colocando bien la camilla vacía y bien ordenada

— Disculpa, ¿Dónde está la chica que estaba aquí?

— ¿La chica del velo? Se fue con un hombre alto. Ya le dieron el alta hace así como media hora

Le agradezco y bajo las escaleras con el corazón en la boca

«¿Se había ido con Mike?»

Acelero todo lo que puedo, maldigando al hombre que inventó los semáforos. Aparco donde puedo y corro a su casa. Necesito saber si tiene algo con Mike. 

Toco el timbre y escucho unas zapatillas bajando sonoramente por las escaleras

— Miiike, Can you open the door please?!— el grito de Melek me acelera el pulso— I'm busy!!

Tras unos segundos se abre la puerta y aparece el enorme cuerpo de Mike tras ella. Lleva puesto un pijama azul, con unas zapatillas rosas «Las zapatillas de Melek» y una taza humeante de café en la mano. Al verme sonríe con superioridad y le da un sorbo a su taza de café, mientas se posiciona en la puerta, sin dejarme ver nada

— I wanna see her— mi tono es frío

— She is undressed, you can't go in— mi corazón se rompe en mil pedazos

«Está desnuda, no puedes entrar... Él podía verla desnuda... »

— Miiike! Who is?!— su voz suena en lo alto de las escaleras. 

— No one!

Escuchamos cómo corre a bajar las escaleras y se posiciona tras el enorme cuerpo de Mike, que no se mueve evitando que me vea

— Mike— su voz suena irritada— stupid— Sigue sin moverse— Hakuna matata?— ésto último hace que Mike suelte una risa y se quite del camino

Sonrío con tristeza cuando aparece ella tras el enorme cuerpo de Mike

— Ah, Ángel— lleva el velo algo deshecho y al verme se aferra a la bata que cubre su cuerpo

— Venía a ver qué tal estás, pero veo que no estás sola. 

— Pasa, así tomamos algo juntos— se hace a un lado

— No, no, no. No quiero incomodaros— la expresión de Melek se arruga ¿Confusa? ¿O quizás avergonzada? Nose, el caso es que se arruga. 

No dice nada, lo que entiendo como un sí. Mike me sonríe tras Melek, mientras niega con la cabeza. Le doy una última sonrisa y desaparezco.

* * *

Una semana...

Una semana llevo sin ver a Melek. 

No es que no quisiera, justo al contrario, tenía unas enormes ganas de verla. Pero el estúpido de su prometido me ponía los nervios de punta, y paso de crear problemas y distar más a Melek de mi. 

Llevo varios casos a la vez, y resolví uno hace unas horas. Acabo de cobrar y se siente bien tener dinero que sabes que trabajaste duro para conseguirlo. He conseguido comprar un piso hace algunos días, los muebles llegaron ayer y está listo para que me vaya hoy a vivir ahí. En todo lo que llevo de tiempo he evitado a mi padre. Desayuno muy temprano, como fuera de casa, y ceno muy tarde. Así pasó mi semana... 

Por otro lado tuve la oportunidad de hablar con Mohammed, y acordamos lo que podía decir y lo que no. Podían someterlo a mucha presión, por lo cual ensayamos varias de las preguntas que le haría. El chico fue honesto conmigo. Pero en ningún momento nombró su pasado antes de los explosivos del centro comercial.

La Chica del Hijab ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora