Capítulo 7

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No había valido la pena, definitivamente no.

Estaba sentada en la barra con un vaso de ron con coca cola en la mano, acompañada de mi gran amiga, la soledad. Si, la muy perra de Lily me había dejado sola para irse con un hombre ¡Me había cambiado por un pene! Pero en su favor, diré que el dueño de ese pene estaba mejor que comer chocolate con el periodo.

Estaba cabreada, sola, me dolía la cabeza por el volumen de la música y me dolía el trasero de tanto estar sentada.

Me había maquillado, vestido y bañado para esto. Estar sentada sola y abandonada con un vaso de ron con coca cola en la mano.

Necesitaba algo más fuerte.

—Ponme un Smirnoff —le pedí al barman.

— ¿Tienes siquiera la edad para beber? —me preguntó con sorna.

Rodé los ojos.

La gente siempre decía que aparentaba menos edad de la que tenía, con suerte dieciocho o diecinueve, nunca los veinticuatro que tenía. Era molesto.

—Tengo veinticuatro, ¿quieres mi identificación? —le pregunté de mala gana.

—No pasa nada —dijo levantando las manos en señal de rendición y se giró para preparar mi bebida.

Cuando me entregó mi vaso me bebí un trago, era una bebida fuerte y no iba ir de chulita bebiéndomela de un tirón.

La bebida quemó como el infierno, pero estaba aburrida y cabreada.

Me dieron ganas de hacer pis por lo que mandando todo lo anterior a la mierda, me lo bebí de un tirón. Dejé un billete de diez y me levanté.

Me había pegado duro pero estaba algo acostumbrada a ella, mi época de adolescencia se puede decir que fue bastante alocada, creo que me había emborrachado con más cosas de las que podía recordar, desde lo más barato hasta lo más costoso.

Me abrí paso entre la multitud de cuerpos sudados a base de codazos y empujones y cuando por fin estaba a unos metros del baño un idiota me derramó su trago encima.

—¡Ten más cuidado, imbécil! —gruñí tratando de secarme.

—Lo siento, no te vi —se disculpó. Su voz sonaba profunda y aterciopelada por lo que levante la mirada en su dirección.

Delante de mí tenía a todo un hombre, decir que era guapo sería el eufemismo del año. No podía ver demasiado, la luz era muy tenue, pero logré vislumbrar unos preciosos ojos verdes, barba de algunos días y brillante cabello castaño claro. Era alto, me sacaba mínimo tres cabezas y tenía un porte imponente, espalda ancha y caderas estrechas. Su rostro me recordaba a alguien, pero no tenía claro a quién.

—Pues fíjate por donde vas —sí, estaba guapo, pero me había mojado. ¡Y la ropa era blanca!

—Le repito, no fue mi intención.

Lo que más me molestaba es que lucía realmente arrepentido ¡Por qué demonios me molestaba eso! Creo que ese Vodka me había pegado más duro de lo que creía.

Me giré sin decirle nada y continué en dirección al baño solo que ahora con peor humor.

Tuve que hacer una cola de media hora. ¿Fabuloso, no? Y para acabarla de rematar casi ni había papel, el cual además era del malo. Cosa buena que solo tuviera ganas de hacer orinar, porque de lo contrario... 

Me limpié y salí con la parte del abdomen y el pecho húmedos. Gracias a los dioses que me había puesto brasier, de no haberlo hecho estaría pasando la vergüenza de la vida.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora