Capítulo extra 1.

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"Elprimer pañal es como la primera vez: ambos un completo y vergonzoso desastre"


Ian.

Mucho antes de ser padre o siquiera saber que lo sería, siempre me pregunté cómo se sentiría tener un hijo.

Tenía conocidos con hijos pequeños, había visto a mi madre alrededor de Savannah, pero no llegaba a comprender de qué modo te cambiaba el tener un hijo.

Entendía que ante todo, cuando llegara el momento mi hijo sería lo más importante para mí. El motivo por el que despertaría cada mañana, sonreiría, e intentaría ser mejor hombre que ayer. Por quien trabajaría todos los días, intentando asegurarle un futuro próspero a mi hijo, lleno de oportunidades de cumplir sus sueños y metas.

Cuando lo veía todas las noches antes de dormir, no podía dejar de preguntarme cómo es que algo tan perfecto podía ser parte de mí. Porque ese pequeño ser era mi hijo, parte de mí y la mujer que amaba, y no podía sentirme más agradecido con la vida por lo que tenía.

Entonces entendía lo especial que se sentía ser padre.

No estaba seguro de merecerlo, pero hasta el último día de vida haría lo posible para ser digno de ellos.

Todas esas eran cosas, que desde mi punto de vista, eran el lado bueno de la historia.

Pero no era tan ingenuo como para creer que la paternidad sería un camino de rosas.

Y a pesar de que Erick era, para mí, el bebé perfecto, no dejaba de ser un bebé.

¿Y qué es la tercera cosa que los bebés hacen además de comer y dormir?

Cagar.

Los bebés hacen mucho popo, más de la que me gustaría y creo que a la mayor parte de padres gustaría.

Cada vez que había intentado cambiar el pañal de Erick, por alguna razón, todo acababa en desastre. No conseguía ni siquiera quitárselo antes de que de alguna imposible forma terminara embarrado de todo tipo cosas.

En conclusión, no había cambiado nunca el pañal de Erick.

Pero eso estaba a punto de cambiar, porque Cindy acababa de salir de casa luego de pedirme que cuidara de mi hijo mientras ella visitaba a su mejor amiga.

Pensé en negarme y decirle que invitara a Lily a casa y así yo poder escaquearme del asunto. Pero eso habría sido egoísta y desconsiderado de mi parte, ya que si bien yo intentaba ayudarle en todo lo que podía, y cada vez que el bebé se despertaba por las noches yo tomaba la responsabilidad de calmarlo, ella era quien se llevaba la parte más pesada del trabajo, ya que, generalmente, yo estaba todo el día en la empresa.

¿Con que cara podía yo negarle a ella que saliera?

Y no era solo eso.

Ella era tan buena, con su sonrisa encantadora y esos hermosos y brillantes ojos, que cuando me pedía algo, y me miraba, tan inocente y hermosa, no era capaz de negarle nada.

Estaba completamente prendado de esa mujer, y me sentía completamente orgulloso y afortunado de ello. Porque sabía, con la misma certeza que sabía lo que sentía, que ella se sentía de la misma forma que yo.

De otra forma no habría conseguido escaquearme de cambiar el pañal durante más de un mes.

Por otra parte, desde algún tiempo había estado considerando, o más bien planeando, pedirle matrimonio a Cindy.

No era capaz de ver mi futuro con otra mujer que no fuera ella, no quería a otra que no fuera ella.

Y como una vez mi padre me había dicho: Cuando encuentres a la mujer con la que quieras pasar toda tu vida, no la dejes ir. Porque además de ti; hay 3. 820. 619. 937 hombre (y contando) que harían hasta lo imposible por morir a su lado.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora