Por fin habíamos llegado al cuarto mes, donde el médico nos diría el sexo de nuestro bebé.
Estábamos tan emocionados por saber el sexo de nuestro bollito, que no podíamos esperar a que fuera por fin la hora de la cita, por lo que Ian había decidido cambiar de médico y tomar una hora con el mismo que había tratado a su madre cuando estaba embarazada. Era lindo que el mismo hombre que había visto a Ian en el vientre de su madre ahora fuera quien iba a ver a su hijo.
Por otro lado, extrañamente Miranda parecía cumplir lo que había prometido. Hasta donde yo sabía no había vuelto a molestarnos ni a hablar de nosotros, lo que realmente agradecía porque a cada momento que pasaba, mis cambios de humor eran más frecuentas. Y el pobre de Ian era el mayor perjudicado, porque seguía viviendo y trabajando con él.
Que se joda, él me embarazó.
Las únicas personas que disfrutaban con todo esto eran Lily y Savannah, quien se la pasaban bomba viendo sufrir a Ian cada vez que lo despertaba en la madrugada por un antojo o por mis constantes cambios de humor.
Las malditas venían prácticamente todos los días o nos visitaban en la empresa, solo para tener la satisfacción de ver el espectáculo que entregaba.
Pero no importa... ya se inflarán como un globo aerostático y ese será mi momento de cobrar venganza.
―¿Estas lista, Cindy? ―me preguntó Ian desde el otro lado de la puerta. Estaba terminando de alistarme en el baño y únicamente me faltaba colocarme el vestido, el cual había sido un regalo de Laura. Era bastante sencillo pero lindo. Rosa pálido, ajustado en la cintura y suelto hasta un poco más arriba de las rodillas.
―¡Sí, ya salgo! ―grité en respuesta batallando para poder subir el cierre del vestido. Bufé frustrada y decidí salir por ayuda. Ian estaba sentado en la gran cama jugando Angry birds en su teléfono. Maduro, ese era su segundo nombre― ¿Me ayudas? ―pregunté con el ceño fruncido, llamando su atención. Ian dejó el móvil de lado para venir a ayudarme. Subió lentamente el cierre, erizando cada vello de mi cuerpo y acariciando mi cintura al final. Luego culminó besando mi nuca.
―Por fin llegó el momento, cariño ―dijo girándose para quedar frente a mí. En su rostro había una gran sonrisa, la cual creaba arrugas en ambos lados de sus ojos y un adorable hoyuelo en el lado izquierdo de su rostro. Siempre quería enterrar mi dedo en su hoyuelo.
―Erick o Violet ―dije con otra gran sonrisa, acercándome para besar cortamente mis labios.
―Mamá dice que es Erick, prácticamente aposto con toda la familia a que era Erick ―comentó posando sus manos en mis caderas y atrayéndome a su cuerpo.
―¿Qué quieres tú?
―Todas mis cartas están puestas en Erick, pero si llegara a ser Violet la amaría de igual forma y estaría extasiado ¿y tú?
―Concuerdo contigo, Ian.
Luego de eso nos besamos una última vez y salimos de su elegante y lujosos departamento, el cual había comenzado a sentir más como un hogar.
Cuando ingresamos en el hospital, quede impresionada por lo grade que era. Obviamente, todo pulcramente colocado y excesivamente blanco.
¿Por qué los hospitales tenían que ser blancos? ¿No podían ser amarillos o verdes? El blanco era intimidante y demasiado impersonal.
Luego de avisar de nuestra llegada en recepción, tomamos asiento para esperar a que nos llamaran.
El lugar estaba atestado de embarazadas, todas de diferentes edades y tiempos. Algunas con estómagos diminutos y otras con algunos tan grandes como un globo.
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My Complement. MADLY IN LOVE #1
RomanceCindy nunca estuvo hecha para las responsabilidades. Su vida era un desastre, no tenía trabajo y tenía que mantener a su hermano menor. Pero se había propuesto cambiar, ser más responsable y madurar. Aunque lo que definitivamente no se propuso fue...