Capítulo 51

28.1K 1.5K 79
                                    

Última semana del mes y Bollito aún no había dado señales de querer moverse.

Definitivamente había heredado algo de su madre. La pereza.

Estaba un poco decepcionada, pero había leído en internet que había bebés que no se movían nunca, o hasta el final del embarazo, por lo que me sentía tranquila en lo que a su bienestar se refiere.

Lily había sido la primera en molestarme respecto a ello, repitiendo constantemente que iba tener un perezoso, no un bebé. Yo, de forma muy amable y cortes, la invitaba cordialmente a irse a la mierda.

Amistad, amigos.

Por otro lado, me sentía mejor con todo lo que tuviera que ver con Ian.

Seguía sin saber nada de él, pero la verdad es que no iba a morirme por ello. ¿Lo había dejado de amar? No, de ninguna manera. Lamentablemente el amor no funcionaba así. Pero si él no quería hacer nada por arreglar lo nuestro, lo aceptaría. Después de todo nadie se había muerto nunca de desamor.

―Cindy, no es por presionarte ni entrometerme ―dijo Jack asomándose por la puerta de mi habitación, sin camiseta, y un lápiz y un cuaderno en la mano. Seguramente segundos antes había estado escribiendo― Pero llevas casi tres semanas sin aparecerte por la empresa. No te has presentado, no has llamado para justificar tu ausencia y lo siento, pero aunque seas la ex del jefe, tienes responsabilidades. No puedes abandonarlo todo así como así. Si no te sientes cómoda siguiendo ahí o no pretendes volver a presentarte, solo tienes que renunciar.

―Sí... ―murmuré alisando una arruga en mi camiseta, evitando mirar a Jack―...Es solo... Jack, no sé qué demonios debería hacer. ¿Podrías... ―suspiré, armándome de valor y levantando la mirada― ¿Qué crees que debería hacer, hermanito?

―Primero que nada, bañarte y ponerte presentable. Esta habitación está comenzando a oler mal. Como, realmente mal ―repitió para hacerme saber cuan en serio hablaba.

―Oh, vaya, gracias. Tú sí que sabes cómo hacer sentir bien a una mujer.

―Lo segundo ―continuó como si nada, ignorándome― Ir allí y hablar con Vincent o Ian, quien sea que esté ahí. Dile que simplemente no estás cómoda trabajando ahí. Ellos van a saber entenderlo.

―Suena tan fácil cuando lo pones así. Parece como si estuviera haciendo todo un drama de esto.

Jack me miró de forma incrédula con una sonrisa irónica en sus labios.

Bueno... quizá si era un poco dramática. Eso voy a concedérselo.

―Ignora eso último. Solo... No quiero verlo, ¿sabes?

―¿No quieres, o tienes miedo de lo que vaya a ocurrir? ―me preguntó con una ceja alzada.

Bufé y me levanté de la cama, refunfuñando por lo bajo como una niña pequeña.

―Te odio, Jack Cooper, eres un dolor en el trasero.

―Sabes que me amas ―lo oí murmurar antes de cerrar la puerta del baño y apresurarme a tomar una ducha.

No eran horas para presentarse a un trabajo al que pretendías renunciar, más bien faltaba bastante poco para que terminara la jornada laboral que se supone que debería estar cumpliendo, pero... mejor tarde que nunca, ¿no?

Me duché rápidamente, poniendo especial cuidado en mi barriga, acariciándola con la esponja y esperando algún movimiento de parte de mi bollito, pero o estaba dormido, o empecinada en ignorar a mami.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora