Capítulo 3

53.1K 2.7K 208
                                    

Joder, que suerte tienes —dijo Lily con evidente envidia.

Lily, que casi me matan —le recordé.

Eso no tiene importancia —podía apostar sin miedo que en estos momentos estaba encogiéndose de hombros aun cuando no podía verla— Casi te mata un hombre que está más bueno que el chocolate y además de eso tienes altas posibilidades de trabajar con él. ¡Que más quieres mujer! Por como yo lo veo, eres una perra con bastante suerte.

—Voy a ignorar que acabas de insinuar que morir es tener suerte —dije resinada— Y en cuanto a lo otro, ya te lo dije, estaba bueno, pero podrá ser mi padre. No me van tan mayores.

—Pues yo no me negaría a la posibilidad de...

—Ni lo digas —le corté— no quiero tener esa imagen en mi ment... dios, ya la estoy teniendo.

— ¡Pero si ni he dicho nada!

—Lily, que te conozco mejor que tú misma.

—Está bien, pero...

—Pero nada. Y en vez de estar teniendo fantasías con el señor Vincent deberías estarme felicitando.

—Te felicito por tener un no trabajo... y por conocer a un adonis.

Rodé los ojos divertida. Veinticuatro años y Lily no había dejado de tener esa mente sucia de colegiala con hormonas alborotadas y de ser algo inmadura. Teníamos eso último en común.

Tengo que colgar, creo que Jack acaba de llegar —dije cuando oí la puerta de entrada abrirse.

Bien, llámame mañana en cuanto tengas trabajo.

—¿Cómo sabes que van a darme el trabajo?

—Cindy, soy tu amiga, pero soy completamente objetiva cuando te digo que vas a obtener ese trabajo porque estás completamente capacitada y ese viejo caliente va a amarte. Eres perfecta, todos te aman y aprendes rápido, no hay razón alguna para que no lo hiciera.

— ¿Enserio lo crees? —pregunté emocionada.

—No lo creo, estoy segura —respondió confiada.

—Gracias, no sabes cuánto necesitaba oír eso. Adiós y te amo.

—Yo también te amo, perra.

Colgué con una inmensa sonrisa en el rostro, no me arrepentía ni por un segundo de haberla conocido, era la mejor amiga que cualquiera pudiera tener. Un poco loca, pero la amaba así. Con lo bueno y con lo malo.

— ¡Cindy, ya estoy en casa! —me avisó Jack desde lo que supuse era la sala de estar.

Corrí a su encuentro.

—Y, ¿qué tal te fue? —pregunté en cuanto lo tuve a la vista.

El negó apesadumbrado.

—No —se encogió de hombros para aparentar que le daba igual, pero vamos, lo conocía.

—Oh ven aquí cariño —me acerqué para abrazarlo y el gustoso se dejó abrazar— no hagas caso, lo haces genial. Ya llegara alguien que aprecie tu música.

A Jack le encantaba la música, tocaba el piano, la guitarra y el violín a la perfección. También componía canciones que tenía el placer de oír, era muy bueno escribiendo y tocando y no lo decía como su hermana (está bien, solo un poco) él realmente era muy bueno en ello. Siempre que podía se inscribía en concursos, pero hasta ahora no había ganado ninguno.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora