Capítulo 40

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―Vamos, dime la verdad, ¿Te acostaste con él? ―le insistí a Lily con la boca llena de helado de frambuesa. Ella se negaba rotundamente a aceptar que se había acostado con Alex, pero vamos, no creo que se la haya llevado exactamente para hablar de la vida, el tiempo y su color favorito.

¡Que no, pesada! ―exclamó lo suficientemente alto como para que oyera del otro lado a su madre gritándole que la dejara dormir. Podía imaginarla en este mismo instante rodando los ojos― ¿Ves? Todo por tu culpa.

―Bueno, que puedo decir. No puedes culparme por pensar mal. Alex no estaba realmente pensando con la cabeza, si sabes a lo que me refiero ―dije sonriendo de forma picara y balanceando mis cejas, aunque ella no podía verme. Cogí otra gran cucharada del helado y me la lleve a la boca, gimiendo por lo bajo cuando el sabor explotó en mi boca― Pero, suponiendo que dices la verdad, ¿Qué demonios hicieron y donde fueron? ―pregunté con la boca llena sin quitar la cuchara de mi boca.

Pues... ―dudó por un segundo, chasqueando la lengua― me llevó a su departamento, que por cierto, es una pasada. ¿Te puedes creer que tiene un maldito pent-house?

―Lily, deja de lado las nimiedades y ve a lo importante.

―Ok, ok, calma, fiera. Entonces, me llevó a su departamento y no voy a negarte que nos besamos y quizá hubo algún que otro toqueteo, pero no nos acostamos porque yo no quise que sucediera. No pretendo dárselo fácil... No pretendo dárselo y ya.

Rodé los ojos divertida con la situación y no pude evitar que una sonrisa se dibujara en mi rostro.

¿Estas siento una autentica perra calienta pollas, lo sabias? ―dije con sinceridad, como siempre había hablado con Lily.

Mhm, no voy a negarlo porque es cierto, pero la verdad es que me divierte mucho serlo. Sobre todo con él ―confesó la morena. De fondo, volví a oír la voz de su madre pidiéndole que ya se callara y se durmiera, o al menos dejara de hacer ruido― bueno, ya oíste a mamá gallina, tengo que colgar.

Al mismo tiempo que ella decía eso, Ian salía de la ducha únicamente con el pantalón que solía dormir y sacudiendo su cabello con su mano.

Como cada vez que lo veía salir de la ducha, con el torso húmedo y brillante bajo la luz, y su cabello cayendo descuidadamente por su frente, a mi mujer interior se le cayeron las bragas y la boca se le hizo agua, formando un charco en el piso.

No pude evitarlo, pero al igual a Lily, Anastasia Steele poseyó mi cuerpo y no pude hacer otra cosa más que morderme el labio.

Sacudí mi cabeza para quitar todas las perversiones que estaba pensando y me enfoqué en mi amiga al otro lado de la línea.

Bastante fácil de decir, pero a la hora de ponerlo en práctica...

Solo una cosa antes ―dije para evitar que me colgara― No has pensado, que quizá, él termine por aburrirse de este juego y vaya a por otra chica. No sé si realmente le interesas, pero... ya sabes. Él realmente no tiene nada que perder y espero que tú no termines por perder algo más que una buena noche. Como tu corazón o algo así.

Ella se quedó en silencio por uno segundos, sopesando mis palabras y quizá evaluando tomarlas en serio o desestimarlas. Al final, creo que se decantó por la segunda.

Esperaba de todo corazón que estuviera equivocada.

―Deja de vomitarme tus cursilerías, guárdalas para tu caliente novio, porque eso, Cindy, no va a pasarme.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora