Capítulo 56

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―¿Sabías que Miranda está detenida? ―preguntó Lily nada más abrí la puerta de mi departamento, provocando que diera un brinco por la impresión y llevara instintivamente mi mano a mi pecho― Toda la prensa está hablando de ello.

―Lily, por lo que más quieras, procura no darme este tipo de sustos ―la regañé con la respiración agitada, haciéndola a un lado y pasando por su lado para poder por fin quitarme los tacones― Mi meta en la vida es llegar a los noventa, ¿sabes?

Cuando llegas del trabajo, luego de una agotadora jornada laboral, esperas algo de comer, una cama calentita y a ser posible una buena película.

Pero no, yo tenía a Lily. Que suertuda era.

―Según me contó Alex, Ian está peleando por conseguir una orden de alejamiento, y dado que lo drogó, está siendo interrogada e investigada ―relató haciendo caso omiso de mí, mientras yo quitaba los tacones de mis pobres pies, me dejaba caer en el sillón y masajeaba mis adoloridos deditos y planta― Creo que esta vez sí que va en serio.

Pasé la mano por mi cabello, alborotándolo y dejando libres mis alborotados risos.

―¿Y eso es importante por qué...? ―inquirí mirándola por fin, chocando con sus ojos ansiosos.

―¡Pues porque es Miranda, está sufriendo y probablemente obtenga lo que se merece! ―exclamó indignada, mirándome como si fuera completamente estúpida. No lo era, solo me era indiferente lo que ocurriera con ella. No me importaba si moría, vivía o iba al infierno y se casaba con Lucifer.

No voy a mentir, mi lado vengativo hizo una pirueta en mi interior, riendo malévolamente y pensando en todo lo que la remilgada Miranda sentiría en una sucia celda.

Pero la mayor parte de mí, para mi orgullo, no sentía nada.

―Tengo hambre ―declaré cambiando de tema y levantándome del sillón para ir a saquear la cocina― ¿Quieres algo de comer? Se me antoja un sándwich de pollo y lechuga.

Lily me siguió por detrás mientras yo sacaba todo lo necesario de la nevera y comenzaba a preparar mi cena.

―¿Qué? ¿Así de simple? ―preguntó aséptica, entrecerrando los ojos en mi dirección― Después de todo...

Me detuve y plante las manos en la mesa de mármol.

―¿Qué quieres que haga, Lily? ¿Qué me regodee en su desgracia? ¿Qué vaya hacia Ian y le diga que quiero que volvamos a estar juntos? ―pregunté irónicamente con una ceja alzada― No va a pasar. Hablaba en serio, no voy a ser tan estúpida como para volver a lo mismo.

―Pero yo creí... Tú lo amas, no lo entiendo, ¿Por qué no puedes estar con él ahora que Miranda ya no está en el camino?

―Porque entre nosotros nada está bien, Lily. Lo amo, me ama, pero no confiamos el uno en el otro. El amor no lo es todo en una relación y yo no puedo arriesgarme. Porque si continúo de esta forma, temiendo en cualquier momento que algo o alguien rompa lo que tenemos, voy a terminar por enloquecer ―declaré con una débil sonrisa― Yo simplemente... me gustaría poder volver a comenzar con él. Hacer las cosas bien. Entre nosotros todo fue demasiado precipitado.

―Yo solo quiero que seas feliz, Cindy ―suspiró Lily acercándose a mí y abrazándome, tomándome por sorpresa. Ella no era excesivamente demostrativa. Podía contra con los dedos de una mano las veces que me había abrazado― Si tú no quieres estar con él, bien, siempre que eso sea lo que realmente quieras y lo que te hace feliz. Pero no dejes de hacer lo que quieres por miedo a lo que pueda ocurrir. Porque esa no eres tú. Tú te arriesgas sin importar si ganas o pierdes, solo por el hecho de luchar por lo que quieres. ¿Qué es lo que quieres hacer?

My Complement. MADLY IN LOVE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora