- Morgan.- digo, Joe y Emma me miran sorprendidos.
- ¿La conoces?- preguntan estos al unísono.
- Mi lesbiana favorita.- les digo y sonrío, Morgan me ve y corre hasta mi, me abraza, se separa, toma mi cara con sus manos y estampa sus labios en los míos.
- Wow, tranquila.- le dice Joe y se separa de mi.
- ¿Donde te metiste, lesbianita de mi corazón?- le pregunto y ella levanta las cejas.
- En muchas piernas.- me dice la muy cínica.- aquí está mi familia, estuve un tiempo en New York, el tiempo en el que te conocí pero luego tuve que volver y aquí conocí a ellos, espera, ¿los conoces?
- Si, son mis primos.- le digo y ella brinca de alegría.
- Mis mejores amigos están juntos.- dice y me vuelve a abrazar.
- Así que...- dice Ares.- ¿Mi mejor amigo es tu primo?
- Así es Ares.- dice Joe.
- Tanta mala suerte tengo.- decimos Ares y yo al unísono. Nos miramos con odio.
- Del odio al amor solo hay un paso- dice Dante subiendo y bajando las cejas, todos sueltan una risita.
- En nuestro caso, es del odio al asesinato solo hay un paso.- digo y Ares asiente de acuerdo conmigo.
- Bueno hay que entrar.- dice Dev.
. . .
Después de mil horas, falta una clase para salir, artes, y hay examen de no sé que mierda, pero estoy segura que quiere que cante y no quiero. Entramos al salón y me siento con Morgan.
- ¿Aún tienes esa hermosa voz?- pregunta ella.
- La tuya también es hermosa.- le digo y ella niega.
- Claro que no, además nunca te e cantado.- dice.
- claro que si, muchas veces.- digo y escucho a Joe y Ares reír detrás nuestro.
- Hayley Wells, los gemidos no cuentan como cantar.- me dice y yo suelto una carcajada, Joe también, al parecer están escuchando nuestra conversación.
- Eran música para mis oídos.- le digo y ella ríe.
- Chicas, ¿tienen algo que brindar a la clase?- pregunta el maestro hippie.
- Si maestro.- dice Morgan muy seria.- Hayley cree que los gemidos cuentan como cantar.- todos estallan en carcajadas y el maestro bufa.
- Es un gusto tenerte de vuelta, Morgan- dice y nombra a algunos alumnos a el examen, algunos cantan, otros tocan instrumentos, otros bailan.
- Hayley.- dice y me levanto caminando hacia el frente.- quiero que toques la guitarra y que cantes.- bufo y tomó la guitarra, pienso en una canción buena, justamente dedicada a Dios griego.
Comienzo a tocar la guitarra y dirijo mis ojos a Ares.- Deja de tratar de amarme, te he dicho que no soy la única, cariño por favor deja de tratar de amarme, deberías de saber que solo eras un poco de diversión, puedo cerrar mi corazón, así que no empieces a tratar de meterte en mi cabeza, está oscuro y es negro, nunca podré regresar...- todos pueden sentir la tensión entre el y yo.- ... a la manera en la que solía amar, mi corazón no está bien pero trato con mi mente...- quito mis ojos de el y los dirijo a Aiden, el tiene los suyos en los míos.- ... pero yo, yo no puedo ser amada, cariño, por favor vamos a hacer esto más fácil, no es tan difícil olvidarte de mi...- de nuevo regreso a los ojos negros de Ares.- y después de que me vaya, va a ser así de sencillo, el conseguirte a alguien un poco mejor que yo, está oscuro y es negro, nunca podré regresar, a la manera en la que solía amar, mi corazón no está bien pero trato con mi cabeza, pero yo, no puedo ser amada, mi corazón no está bien pero trato con mi cabeza, solo no puedo ser amada, no puedo ser amada.- termino y todos aplauden, quito mis ojos de Ares y pongo la guitarra a un lado de mi, me levanto y vuelvo a mi lugar.
- Señorita Hayley, se puede retirar.- dice el maestro.- todos los que ya pasaron pueden irse.
- Los veo afuera.- le digo a Morgan y ella asiente. Camino a la salida y mis ojos van a un chico de tatuajes recargado en una moto, camino hasta el.- ¿que haces aquí?
- Hola, Demonio.- me tenso al escuchar como me llama.- vengo por ti.- lo miró asustada.- tranquila, los jefes no saben que estás aquí pero si no vuelves a ser la de antes, les llamaré y les diré dónde están.
- Ya no soy esa jodida persona, Stefano y estás muy equivocado si crees que voy a aceptar.- le digo y el sonríe.
- Entonces le llamaré a los jefes, les diré que estás aquí y tus hermanitos...- apunta a la entrada y veo a mis hermanos y los demás salir, todos riendo.- dejaran de ser felices, ¿que no estabas dispuesta a todo por ellos?- murmura en mi oído.- te lo dije, en cuanto ellos dejen de necesitarte, te dejarán sola, al parecer Aiden, Theo y Dante ya no te necesitan.- apunta a Los chicos, Theo abrazando a Dev, Aiden a Emma, Dante habla con Joe y Ares con Morgan. Todos sonriendo. - Además, alguien me contó que te vieron en el bar de Black and White, te fuiste con uno de los vendedores, ¿volviste a ser divertida?
- Era una jodida drogadicta, además eso fue un momento de debilidad.- le digo aún viendo a los chicos, Aiden me ve y frena en seco, mira a mis espaldas y Stefano lo saluda, todos, menos Joe, Emma y Ares miran con miedo a Stefano, no por que en si le tengan miedo a él , sino por qué no quieren que yo vuelva a la cocaína. Ninguno se mueve y desde aquí puedo ver cómo Aiden batalla por no venir hasta aquí corriendo, les hago una seña de que no vengan y me giro a encarar a Stefano.- no aceptó, salí de eso, ¿por qué sigues empeñado en acabar conmigo?
- Tengo muchas razones.- enciende la moto.- si me voy de aquí sin ti, harás infelices a tus hermanos, sabes que tratándose de ellos no puedes ser egoísta, odias estar conmigo por qué te recuerdo a cada jodido segundo que no eres una buena persona, pero ellos son tu debilidad, harías todo por verlos felices, Vuelve a ser el Demonio y tus hermanos estarán felices y a salvo.- termina el, me giro y veo a los chicos, yo tengo las llaves del jeep en la chaqueta. Me quito la chaqueta, pongo la mochila en el suelo y la chaqueta enzima de esta, Aiden se alarma, les sonrió y articulo un "los amo" Aiden y Theo corren hacia nosotros, subo rápidamente y Stefano arranca.
Estoy dispuesta a todo por ellos.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Foto en multimedia: Morgan. 🦄
ESTÁS LEYENDO
Bad bitch.
Teen FictionEn el infierno solo el demonio más cruel, inteligente, fuerte y sobre todo sin la menor pizca de piedad es el que puede tener el control. Por más que quieras salir de el una vez que entras no hay salida. Ganas o mueres, no hay tercera opción.