Me despierto y trató de levantarme pero una mano me impide hacerlo, me giro y veo a Ares en todo su esplendor, sus facciones, su cabello negro y su pálida piel, algunos tatuajes asomándose por su camisa y sus carnosos labios entre abiertos. De apoco sus largas pestañas se movieron y abrió completamente los ojos, dejándome perdida en ellos. Por más que trate dure por lo menos un segundo pérdida en sus ojos.
No hubo pesadillas.
Es el primer pensamiento que me viene a la mente, en efecto está noche no hubo pesadillas, siempre están ahí, buscando como hacerme sentir tan rota y vacía, pero esta vez no hubo una, dormí mucho mejor que ninguna noche en todo lo que llevo de vida, no sé si es malo o bueno pero no puedo permitirme depender de alguien, mucho menos si es el estupido de Ares.
Me levanto de mi cama y Ares también lo hace y al verlo casi desnudo, solo con un bóxer negro, es tan excitante. Mis ojos recorren cada parte de su cuerpo sin la más mínima discreción, su abultado bóxer negro me hace dirigir la vista a su cara y encuentro una sonrisa pícara en ella, ruedo los ojos.
- ¿Te gusta lo que ves?- pregunta vistiéndose.
- Hay mejores.- respondo indiferente pero juro por mi vida que jamás he visto a alguien mejor que él.
-De acuerdo.- dice y sale por la puerta del balcón. Suelto un suspiro. Me dirijo al baño y en cuanto alisto la temperatura del agua me comienzo a bañar sintiendo como mis músculos se relajan.
FLASHBACK:
- Hayley.- me hablo el rubio de ojos azules que tengo por amigo.- necesito un favor.- lo mire dudosa y asentí dándole a entender que continuará.- Ayúdame con Dante.- lo mire con ternura, Ian estaba más que enamorado de Dante pero Dante no sentía lo mismo.
- Claro que si.- se que le daba falsas ilusiones y más por qué ya casi no estoy con ellos pero decirle la verdad lo rompería, el me abrazo y después se despidió. Me giré y me encontré con unos ojos negros mirándome con furia, camine hasta el y me tomó por la cintura estampando nuestros labios en un beso demasiado posesivo, se separó y tomó mi mano para caminar hasta su habitación, que era mucho mejor que las de nosotros, camine hasta su cama y me senté, el cerro la puerta y camino hasta mi.
- ¿quién era ese tipo?- me pregunta enojado.
- Es Ian, es un amigo mío.- le digo y el niega.
- ¿Un amigo tuyo?- asiento.- ¿que tan amigo?.- pregunta y yo lo miro confusa.- no te hagas, vi cómo le coqueteabas.
- ¿De que hablas Caín? El estaba pidiéndome un favor.
- Seguro fue que te acostaras con el y tú muy feliz aceptaste.
- El es gay, Caín.- le digo pero vuelve a negar, me levanto y camino hasta el, tomó su rostro en mis manos y trató de besarlo pero el me aleja.
- ¿crees que soy tan estupido como para creer eso?- me dice y yo niego.
- No estoy mintiendo, te lo...- digo pero el me interrumpe golpeando mi mejilla.
- ERES UNA ZORRA, LE COQUETEABAS FRENTE A MI, YO LO VI.- grita y yo solo niego y comienzo a llorar, lo amo joder no quiero que peleemos. El camina a su masa de noche y saca un cigarro, lo enciende y se sienta en la cama, supongo que quiere tranquilizarse con el cigarro, me levanto y camino hasta el, me pongo en frente de el y me siento en su regazo, sigue fumando y nos vemos a los ojos, deja su cigarro en un vaso de ahí aún encendido y como a la mitad, me toma con fuerza del cabello y me acerca a su rostro.- Eres. Mía. Sólo. Mía.- me dice remarcando cada palabra, asiento y el comienza a besarme muy rudo, trató de seguirlo pero es muy brusco, me besa con mucha intensidad y su mano sigue en mi cabello, me acerca mucho mas, si eso es posible, su otra mano va a mi trasero y lo aprieta, suelto un jadeo, sus manos suben a el dobladillo de mi blusa, la saca rápidamente e intenta desabrochar mi sostén pero lo detengo, aún no estoy lista para más. El gruñe y me quita de su regazo, camina hasta el escritorio y tira todo, se que le molesta esperar pero aún no estoy lista. - ¿Por que no? ¿Sabes que siento cosas por ti, eso no es suficiente?
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Bad bitch.
Teen FictionEn el infierno solo el demonio más cruel, inteligente, fuerte y sobre todo sin la menor pizca de piedad es el que puede tener el control. Por más que quieras salir de el una vez que entras no hay salida. Ganas o mueres, no hay tercera opción.