Capítulo 21.

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HAYLEY.

Me levanto con ayuda de Ares y caminamos hasta donde los chicos, todos están en la sala, la televisión encendida pero ninguno le presta atención, todos sumidos en sus pensamientos.

- Yo....- comienzo a decir y todos me miran.- Estoy bien, no tienen que preocuparse por mí.

- Eso dijiste la última vez y terminaste en un hospital.- dice Aiden sin mirarme y con enojo.

- Está vez es diferente.- respondo entre dientes.

- ¿por qué? ¿Por qué el te está amenazando con hacernos algo?- dice Dante y lo miro alarmada.

- ¿De que hablas?- le digo y el me mira mal.- ¿cómo...

- Te envió un mensaje, "Bien hecho sigue así y tus hermanos estarán bien."- dice este, mierda en que momento tire mi teléfono.

- Explica por qué puso eso.- dice Aiden, suelto un suspiro.

-Eso no te incumbe.- le digo y me mira mal.

- No lo hagas más difícil.- cierro los ojos y los vuelvo a abrir.

- Dijo que tenía que volver a ser la de antes o si no le diría a los jefes donde estamos.- le digo.

- ¿Ellos no saben dónde estamos?- pregunta devora y yo niego.

- ¿Por que le obedeces como si fueras su perrita faldera?- dice Aiden y me tenso.

- Por que ustedes son felices aquí, por qué estoy dispuesta a todo por ustedes.- suelto con rabia.- perdóname por salvar tu jodido pellejo para que puedas tener tu jodida historia de amor.- Aiden se levanta y camina hasta mi.

- No te pedí que lo hicieras.- me dice y mi rabia aumenta. -y si, la amo tanto como tú amaste a Caín, me calma con solo verla y me da tranquilidad y sabes algo, ya no te necesito para eso.- eso fue la gota que derramó el vaso, le doy un golpe en la mejilla y luego en el pecho y otros más en la cara hasta que siento unas manos en mi abdomen jalándome.
Ares me separa de Aiden quien está sentado en el sillón con Emma a su lado, tiene algo de sangre en la cara, siento las lágrimas en mis ojos, mi celular vibra en la mesa y camino hasta el, Stefano.

- ¿Que quieres?.- digo.

- Necesito que me ayudes con algo.

- Excelente, voy a necesitar también un favor.

- Pide lo que quieras, estoy de buen humor, pequeña asesina.- una sonrisa se instala en mi rostro. Todos están atentos a mi.

- Tenías razón, ahora quiero olvidar.

- ¿Más cocaina?

-No, quiero el suero.- Aiden me mira alarmado y se levanta hasta llegar a mi.

- de acuerdo, sal te estoy esperando.- termina la llamada.

-Estás loca si crees que te dejare ir con el.- me dice Aiden.- y estás aún más loca si crees que dejaré que te metas esa mierda a tu sistema.

- No te estoy pidiendo permiso, así que no te metas.-camino a la salida y cierro la puerta, corro hasta la moto y subo, Aiden abre la puerta y Stefano arranca.

. . .

Llevo una estupida hora sentada en este banco esperando a Stefano que está haciendo algún tipo de negocio, Stefano sale de la habitación y me hace una seña de que ya nos vamos, pagó mis tragos y camino hasta donde el, salimos y subimos a su moto. Llegamos a su lujoso apartamento, nótese el sarcasmo, nos sentamos en sus sillones y el saca un cigarro y me da uno a mi. Lo enciendo y le doy una calada, lo suelto y siento cómo se lleva un aliento más de mi vida.

- ¿en que querías que te ayudará?- le preguntó, el me da una mirada pícara y yo niego.- no me voy a acostar contigo.

- Tenía que intentar.- se encoge de hombros.- la verdad es que, necesito desahogarme y tú necesitas que alguien te recuerde lo mala y cruel que eres.

- ¿Peleas?- digo y el asiente.- ¿Donde son?

- Hay un lugar que está excelente, no son tan elaboradas, solo pelean para ganar el dinero y algunos idiotas que quieren aparentar ser malos, el lugar es excelente, hay competencia pero creo que podrás con ellos, ¿no Demonio?.-dice y ríe.- nadie va a reconocernos ahí.

- Bien, de acuerdo vamos.- le digo.

- Ahora a divertimos un poco.- saca una bolsa con ese polvo ya tan conocido para mí, el negocio que estaba asiendo era para conseguir el suero, seguro aún se preguntan que es, bueno el suero es una droga, que tiene diversas drogas mezcladas, en fin, estaba haciendo tratos para poderlo conseguir pero resulta que tardarán ya que es difícil conseguirlo.

. . .

Llegamos a el lugar y Stefano tenía razón, es un buen lugar, aunque no son nada en comparación a las peleas del Infierno, son solo idiotas queriendo hacerse pasar por malos. Llevo un pantalón negro y una camisa negra, por suerte alguna de las zorras con las que Stefano se acuesta dejo su pantalón y es justo de mi talla, la camisa es de Stefano. Entramos y ya veo a mucha gente aquí a pesar de ser las 11:30 pm apenas, la primera pelea empieza en media hora, Stefano nos inscribe, ambos contra hombres, no es nuevo esto para mí, yo era mejor que todos los hombres del infierno.
Stefano sube cuando le toca a el, su contrincante es de su misma altura pero un poco más ancho, le cuesta algo de trabajo derrotarlo pero al final Stefano gana. Mi turno llega y resulta que pelearé con uno de los mejores, supongo que el idiota que controla esto es un machista de mierda que cree que perderé, como si eso fuera posible.
Stefano me da una pastilla y me obliga a tomarla, a los Díez segundos comienzo a sentirme relajada, además de sentir unas inmensas ganas de o golpear a alguien o follar con alguien. Me hubiese preocupado por pelear en este estado pero sé que aún así soy la mejor.

Cuánto ego.

Es la realidad, soy mejor que todos los que están aquí.

Tuviste al mejor maestro.

Mi contrincante es el mismo chico al que golpee en el instituto, en cuanto me ve sonríe.

- Me alegra no ser de los idiotas que creen que no se le debe pegar a una mujer, será una dulce venganza muñeca.- dice el idiota sin cerebro y me guiña un ojo. Ruedo los ojos, aquí las peleas son como quieras, con la ropa que quieras y con lo que quieras golpear, solo que no sean objetos, no se pelea con ira y no debe haber un muerto, en el infierno es todo lo contrario, te dan shorts y alguna camiseta, peleas con lo que puedas, ya sea objetos o puños y patadas, se pelea con demasiada ira por qué si no, no creo que salgas vivo y creo que queda claro que ganas o mueres.

ARES.

Entro al local donde será mi pelea, en toda la tarde no pude dejar de pensar en Hayley y eso me molesta, me tire a una chica para dejar de pensarla pero incluso así solo imaginaba que era Hayley la que estaba bajo de mi. Todo está asqueroso como siempre, mi pelea es la última, ahora hay una pelea, una chica y un chico, jodidos machistas.

- Pero si es mi Chico favorito.- escucho a Devon a mis espaldas, uno de mis mejores amigos.- creí que no vendrías.

- Esto es para lo que nací, como mierda no vendría.- le digo y el ríe, caminamos hasta adelante y logró ver que la chica está en el suelo y el chico al que reconozco como Aarón ya que es El Segundo mejor aquí, está golpeándola en la cara, la chica enrolla las piernas en Aarón y rápidamente ella se encuentra sobre el, ahi es cuando logró verla bien y me doy cuenta de quién es.

- Joder que buena está esa tía.- dice Devon a mi lado. Ruedo los ojos y me concentro en la pelea, ya están de pie y ella me ve, sonríe y me guiña un ojo.- ¿la conoces?

- Puede que si.- le digo aún viendo a Hayley, le da un gancho a Aarón y este cae al suelo, aprovecha y le da una patada, al final ella gano, todos están asombrados de que una chica le haya ganado a uno de los mejores, los dos bajan y ella viene hacia mí con una sonrisa pícara, ¿está drogada?

Bad bitch.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora