Son una nueva generación de magos,las cartas mandadas por lechuzas y los mensajes a través de patronus han llegado a su fin.
Hace diecinueve años que Voldemort fue derrotado y esta nueva generación tiene muchas cosas que contar y experimentar.¿Es...
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Ahora Teddy estaría en un avión de camino a su luna de miel en las Bahamas, y yo estaba sentado en el sofá de mi casa, esperando a que llegara Lily con su nuevo novio, la vida es injusta.
—¿Vas a estar así de gruñón toda la tarde?—se quejó Daphne sentada a mi lado.
—Déjame ser gruñón en paz—me quejé entre dientes.
—Luego te preguntas por qué Albus es el favorito de Lily—Bufó—Sigue Así y también será mi favorito.
—Eso me ha dolido, Malfoy—me quejé, ella se encogió de hombros y se tumbó de vuelta en el sofá con sus piernas en mi regazo, resoplé y apoyé mi espalda en el respaldo.
—Que alguien me recuerde por qué estamos haciendo esto—se quejó Albus mientras se dejaba caer en el otro sofá junto a Anna, su novia. Le pasó el bol de palomitas—Va a ser muy incómodo.
Me encogí de hombros y miré a Daphne que me levantó su dedo central, sí, no estaba muy feliz con mi yo gruñón.
—Daph—murmuré—¿Me das un beso?
—Ahora mismo estoy ocupada.
Quité el móvil de sus manos, me miró con el ceño fruncido.
—Devuélveme eso—se cruzó de brazos, sonreí de medio lado y lo aparté más de ella.
—Ven a buscarlo.
Yo sabía que ella no podría resistirse a un reto. Se mordió el labio inferior antes de acercarse a mí. Puse el móvil por detrás de mi cabeza, ella ya estaba prácticamente sobre mi, se estiró y sus labios quedaron a centímetros de los míos. Le di un beso corto.
—Idi...—otro beso— ton...—otro—imb...—otro.
Finalmente acabó soltando una carcajada y puso sus manos en mi pecho mientras se sentaba en su regazo. Le devolví su móvil antes de poner mis manos en su nuca y acercarla para darle un beso.
—¡Ya estamos en casa!—gritó Lily, suspiré. Daphne presionó sus labios en mi barbilla.
—Sé bueno, Potter.
Nos pusimos de pie y con un brazo rodeé sus hombros. Lily entró de la mano de Lorcan, mi boca casi tocó el suelo.
—Hola, yo soy Anna—Anna dio un paso adelante pero Albus sujetó su muñeca y tiró de ella hacia su pecho.
—Mejor no—le susurró Albus.
—James—murmuró Daphne mientras daba golpecitos en mi pecho.
Me separe de ella para acercarme a Lorcan que me miraba algo asustado. Suspiré y lo abracé.
—Joder, tío, menos mal que eres tú—dije cuando lo separé—Después de Malfoy y mi primo, tú eres una bendición.
