Son una nueva generación de magos,las cartas mandadas por lechuzas y los mensajes a través de patronus han llegado a su fin.
Hace diecinueve años que Voldemort fue derrotado y esta nueva generación tiene muchas cosas que contar y experimentar.¿Es...
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Sé que había sido muy fría a la hora de romper con Scorpius, incluso diría que pareció que él no me gustaba pero estaba afectada, no diría que devastada porque es verdad que las cosas no iban muy bien entre nosotros pero, ¿que pasaba ahora? Había sido mi mejor amigo desde que había sido una niña pequeña, ¿que pasa si ahora lo perdía?
Nada me había levantado el ánimo, ni las bromas de James, ni los abrazos de Albus, ni los chocolates que me habían traído Ian y Teddy...Nada. Suspiré, estaba en mi habitación con una canción de fondo.
Vi a Lorcan pasar por el pasillo camino a la habitación de James, me sonrió pero no pude copiar su gesto. Frunció el ceño y pegó en la puerta ya abierta.
—¿Se puede?—cuestionó con su mano apoyada en la puerta,me encogí de hombros.
Entró en la habitación y se sentó a mi lado en la cama, puso una mano en mi hombro. No tenía ganas de mirarlo, suspiró.
—James me ha contado lo que ha pasado con el chico Malfoy—susurró
—Scorpius, su nombre es Scorpius.
—Scorpius, bien.
Suspiré, mis ojos marrones se encontraron con los suyos verdes. Me miraba con cariño, como si de verdad pudiera sentir el dolor que estaba sintiendo en mi pecho. Sonrió y pasó su mano por mi mejilla.
—¿Me dejas que te diga una cosa?— asentí—Scorpius Malfoy es un idiota si te ha dejado escapar.
—Él no es un idiota...
—Claro que lo es—Se puso de pie, sus manos fueron a sus caderas. Me senté en la cama y sonreí de lado—Eres impresionante, Lilu, cualquier chico mataría por estar contigo.
—No Scorpius, él prefiere a Rose.
—Oh Merlín, ¿él te dijo eso?—bufó Lorcan—Él es un verdadero idiota, voy a golpearlo. Yo no sé como tu hermano no lo ha hecho ya.
—Daphne—Él rodó los ojos y estaba por salir de la habitación pero sujeté su muñeca—Scor no tiene la culpa, las cosas no estaban funcionando entre nosotros.
Se acercó a mi, sujetó mi cara entre sus manos. Lorcan y James llevaban años siendo amigos y nunca se había mostrado así de cariñoso conmigo, bueno si, solo una vez cuando me había caído por su culpa a un charco de barro y había manchado mi vestido. Lorcan había limpiado mis lágrimas y había besado mi nariz antes de que James llegara y lo apartara. Pero claro, yo tenía cinco y él, siete, esto era totalmente diferente, yo no quería un beso en la nariz.
—No te estarás culpando por eso, ¿verdad?—preguntó—No es tu culpa que ese idiota no entienda sus sentimientos y en vez de aclararse haya jugado contigo bueno, y con Rose.
