Son una nueva generación de magos,las cartas mandadas por lechuzas y los mensajes a través de patronus han llegado a su fin.
Hace diecinueve años que Voldemort fue derrotado y esta nueva generación tiene muchas cosas que contar y experimentar.¿Es...
🍃✨Antes de que empecéis a preguntar, me gustaría recordar que estos son flashbacks, es decir, pasó durante la historia, no después, para saber que pasó después del epílogo habrá que esperar a la segunda temporada.✨🍃
🍃✨Nunca más✨🍃
🍃Lucille Weasley🍃
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No había nada mejor que una tarde de películas con Ian, solo los dos tendidos en mi cama y mi película muggle favorita. Ian tenía su brazo por mis hombros y mis piernas estaban sobre las suyas, estaba demasiado cómoda, ¿para que mentir?
—Entonces, que yo me entere—murmuró, su mano dejó de acariciar mi pelo. Me giré para mirarlo—¿no sube a la tabla porque no hay sitio para él?
Solté una pequeña risa y apoyé mi mano en su pecho.
—¡No te has enterado de nada!—le reclamé entre risas—No se sube a la tabla porque no aguantaría el peso de los dos.
—No me jodas, Lu—su mano cayó en mi espalda—Podrían haberse turnado. No tenía que haber muerto.
—¿Tú no lo habrías hecho por mi?—pregunté mientras acariciaba su cara con mis dedos.
—Claro que no— besó la palma de mi mano, sonreí— Hubiera hecho que nos apareciéramos en un lugar seguro.
—Se supone que eres muggle, Ian.
Se rascó la barbilla antes de sonreír.
—Hubiera buscado otro lado al que agarrarme y hubiera nadado de vuelta a ti—dijo, sonreí—No puedo morir o te privaría del placer de mi compañía, nena.
—Tienes un poco de ego, ¿no?
—Solo un poco
Agarró mi cara con sus dos manos y me besó de manera rápida. Dejó caer su cabeza en la almohada y abrió sus brazos.
—Estoy agotado—se quejó, hice una mueca y me tumbé a su lado.
—¿Estuviste hasta tarde ayer en la academia?—cuestioné mientras me apretaba un poco contra él, rodeé su cintura con mi brazo.
—Teddy y yo estuvimos hasta las tres o así de la mañana—se quejó— Detesto estar en la oficina, preferiría mil veces estar de misión.
—Yo no, me gusta pensar que estás a salvo en la oficina—susurré.
Se giró, sus piernas atraparon la mía. Una de sus manos acarició mi espalda y la otra tomó mi mejilla.
