Capítulo 5

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La fina y calmada brisa entraba por las ventanas desordenando todo a su paso: las cortinas, algunos documentos en la mesita de noche... trayendo consigo unos pequeños pétalos de cerezo que se agitaban en el aire tomando un trayecto hasta la cama marital. Los cabellos rosados de una mujer se expandían sobre la almohada blanca y su cuerpo se hallaba acurrucado entre los brazos de un hombre más alto y fuerte que ella, de cabellos azabaches y ojos penetrantes que la observaban en ese mismo instante.

Su respiración tan rítmica y su pecho mientras subía y bajaba eran la misma imagen de la tranquilidad y la paz a los ojos del azabache. Miró sus labios, como se veían tan quietos, pero llenos de vida y sus parpados cerrados ocultando los ojos verde jade que tanto le gustaban.

Los ojos de la pelirosa empezaban a abrirse mientras la luz del sol invadía la habitación con su intenso calor, subió la mirada hasta donde se hallaba el cuerpo del Uchiha y visualizó como este la observaba. Un pequeño sonrojo se extendió por su rostro al verlo, se sentó en la cama y empezó a tallarse los ojos.

—     Aún es temprano Sakura, deberías dormir un poco más.

Su voz grave y demandante le llegó a los oídos, volteó a verlo, pero él ya se alistaba para salir de la cama. Caminó hasta la mesita de noche y recogió los documentos que habían sido tirados por el aire, cogió uno de los pergaminos y volvió a sentarse a un lado suyo.

—   ¿Qué es eso, Sasuke-kun? — preguntó de forma curiosa, mientras observaba el pergamino.

—   Un pergamino. Contiene información sobre Indra y Ashura... sobre las reencarnaciones que tuvieron en todas sus vidas.

Sus ojos recorrieron con asombro dicho pergamino, mientras se hacía miles de cuestionamientos en la cabeza. ¿Para qué necesitaban esa información? ¿Cómo era posible la reencarnación en las personas? ¿Era a voluntad propia o simplemente se daba? ¿Los sentimientos tenían algo que ver con todo esto? Un millón de preguntas surgieron de repente. Cosa que no salió desapercibido para Sasuke, que al ver como fruncía el ceño dibujó una pequeña sonrisa en su rostro.

—     ¿Te interesa saber de esto? — empezó a abrir el pergamino sin esperar a una respuesta — la reencarnación es el acto por el cual el alma de una persona se separa de su cuerpo, al morir, y después de un tiempo determinado toma el cuerpo de otra persona para volver a existir en el mundo terrenal.

Las letras empezaban a escribirse conforme abría más el pergamino, llenando de más información la mente de ambos ninjas.

—     El individuo que es reencarnado tiene una nueva oportunidad de vida, esto mayormente se debe a que algunas personas dejaron algo pendiente en la Tierra, por lo que la vida le da el poder de enmendarlo. Cuando el remordimiento ya fue sanado, esta persona puede irse en paz hacia el más allá y nunca más podrá reencarnar.

—     Entonces... si tiene que ver con los sentimientos de la persona — dijo la pelirosa después de unos segundos – es debido a los remordimientos que aquella persona tiene ¿no es así, Sasuke-kun?

El pelinegro se quedó callado unos segundos, antes de asentir. Suspiró pesadamente y volvió la vista hasta el pergamino dejando algo extrañada a la pelirosa.

—    Pero existe una probabilidad de que obliguen al alma a reencarnar.

—   ¿Obligar? ¿A qué te refieres?

—    Estuve investigando acerca de esto en uno de mis viajes, pero no encontré mucha información. Es un procedimiento demasiado complicado, puesto que debes traer un alma del más allá hasta el mundo terrenal, pensé que era como el edo tensei, pero me equivoqué. El edo tensei necesita de un cadáver como receptor del alma que se quiere revivir, pero para la reencarnación se necesita de un contenedor vivo, es decir, necesita a una persona viva que tenga los mismos rasgos que la persona a la que se quiere reencarnar.

Noche rojo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora