Capitulo 15

3.7K 173 30
                                    



Hice un gesto de aprobación y entonces él sonrió, pero no de la manera en la que me hubiera gustado, sino de una forma triste, lleno de dolor y agonía. Nunca supe que aquella revelación iba a cambiar mi punto de ver la vida, y mis sentimientos de rencor hacia él.

- Te contaré la historia trágica de Indra Otsutsuki.

Sentí como su mirada chocó contra la mía y su sharingan, de un rojo más intenso que el mío, empezó a hacer lo suyo. Sus pupilas se dilataron y entonces el tiempo dejó de correr. Era consciente de la nueva dimensión en la que se encontraba, una donde el tiempo no corría y solo los recuerdos jugaban en espiral.

Y de pronto, todo lo que sus ojos vieron, ya no le pertenecían... eran recuerdos de él en otra vida.

☼☼☼ Capítulo 15: El día en el que los cerezos se marchitaron (parte 1) ☼☼☼

No sabría cómo tomar todo lo que aconteció después de aquel día. Creí que, al regresar a casa todo sería normal, sin ningún avistamiento de problemas, ni mucho menos algún motivo de retraso, sin embargo, no sabía cómo es que desde aquel día mi vida empezó a cambiar, empezó a girar de un modo en el que no pude detenerlo... no quería detenerlo.

Mientras mis pies se guiaban por si solos, sobre una capa de blanca nieve espesa, que retrasaba de vez en cuando mi caminar, con la suela de mis zapatos totalmente inundada de frío y mis labios soltando una que otra nube de vapor en cada respiración que daba; mi mente aún estaba ocupada en los problemas del clan. Mi padre envejecía a cada segundo, ya no quedaba huella del fornido hombre, valiente y fuerte que nos hizo entender, a mi hermano y a mí, lo compleja que era la vida, lo difícil que conllevaba manejar un poder, lo duro que la vida podría ser para aquellos que tenían un don, porque la vida te mantenía arrinconado sobre una esquina, donde podías, fácilmente, caer herido por la búsqueda de poder, solo porque tu reconocimiento es demasiado alto que podría significar peligro.

Debía volver fuerte a los miembros del clan, pero desde que desperté el sharingan y empecé a practicar con ellos de forma estricta, ellos empezaron a temerme, a susurrar a mis espaldas, a desear que huyera del lugar lo antes posible. Pero no podía hacerlo, mi padre y mi hermano me necesitaban, ellos necesitaban de mi poder para ahuyentar los males que nos invadían, para fortalecer nuestro clan. Además, mi padre necesitaría un sucesor, no podía dejar ese puesto abandonado y vacío, a merced de mi hermano, que por mucho que se esforzara aun no era digno de tan semejante puesto.

Mis pensamientos comenzaron a llenar mi atención, miraba hacia abajo para poder concentrarme, pero en cuanto levanté la mirada...

Cabello rosa

Una mujer estaba parada sobre un árbol de cerezo, mi árbol favorito, donde pasaba la mayor parte del tiempo cuando no tenía que entrenar. Sus ojos se movían cautivantes ante el espectáculo de sus pétalos, mientras sus labios sonreían.

Ojos verdes

Llevaba una yukata de color rosa pálido, que le llegaba hasta los pies, donde su nívea piel se escondía de la mirada de los hombres, sus manos fueron hasta su rostro y se unieron bajo su mentón, viendo como el Cerezo, de pétalos bañados de nieve, empezaba a volver a ser color rosa.

Su sonrisa

La magia de aquella mujer me dejó algo impactado, pero era el brillo que pude apreciar en sus ojos y la sonrisa que se formaba en su rostro, lo que llegó a atraerme de ella. Ninguna mujer tenía la manía de emocionarse simplemente con una pequeñez como esa, pero ella era diferente.

Noche rojo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora