Capítulo 2

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El compás del viento juguetea con el movimiento de las copas de árboles. La primavera se ha rendido hace mucho y ahora el clima otoñal se respiraba en el ambiente. Nos hallábamos a pocas semanas de volver a sentir el frío de invierno y ver como los arboles se teñían de blanco. Toda la tarde me mantuve ocupada en el hospital, con una cantidad mínima de heridos. La paz reina entre las cinco naciones. Hace unos días Naruto, el séptimo hokage, mantuvo una conversación larga con los demás Kages de las aldeas. Solo pude observar de lejos a Gaara y a los demás, puesto que mi trabajo se limita exclusiva y únicamente a encargarme del hospital, o esa labor me he planteado yo misma. Hablaron sobre los peligros y atentados contra alguno de los aldeanos que viven en las fronteras y la solución que le pondrían a aquellos problemas.

La presencia de los kages aquí en la aldea era muy limitada. Las cosas en cada una de las aldeas marchaban a la perfección o eso era lo que los informes decían. Debido a la paz, los pacientes del hospital eran solo ninjas que se acercaban a quitar algunos vendajes, observar si una herida no había llegado a ser grave o pueda perjudicar a su cuerpo. Algunas aldeanas venían a ver cómo iba su embarazo o a quejarse por dolores de cabeza. Los más recientes casos eran noticias de embarazo y control de los más pequeños.



☼☼☼ Capitulo 2: Pétalos de luna rojo pasión ☼☼☼



Después de una jornada de trabajo en el hospital termino mis labores y me dirijo a casa. Tal vez Sarada ya haya llegado de la academia. Seguramente ella está en casa leyendo o practicando como acostumbra.

Hace un mes y medio que no sabemos nada de Sasuke, ya que tuvo que partir por una misión importante encomendada por el hokage. Sasuke se toma muy en serio su papel de ninja, aun si eso implica descuidar su rol como padre y patriarca de una familia. Aun así soy feliz. He aprendido a aprovechar el poco tiempo que Sasuke nos entrega a Sarada y a mí. Hemos aprendido a vivir con eso, ya que entendemos que Sasuke solo quiere el bienestar para la aldea y para nosotras. Aun con toda su frialdad y falta de afecto es una buena persona. Estoy segura de eso.

Camino hasta el puesto de flores más cercano. Lleva en lo alto de la tienda un letrero en donde se puede leer: "Florería Yamanaka". Ino decidió conservar la florería para recordar a su padre y tener un lugar a donde ir para despejarse. Claro, cuando nació Inojin, ella dejó a una de las aldeanas trabajar en aquel puesto, hasta que éste creció y fue capaz de velar por sí mismo.

— ¿Vienes a comprar las mismas flores que la vez pasada, Sakura? — comentó en cuanto pase la línea de entrada. 

— No eres la única a la que le agrada las flores Ino — advertí — solo quiero mantener un ambiente alegre en casa. 

— Extrañas mucho a Sasuke ¿cierto? — Me observó un buen rato. 

— No es un pecado extrañar a una persona — la miré — aún más cuando es el hombre que se supone vas a pasar el resto de tu vida. 

— Claro que no lo es — se acercó a mí — pero se convierte en uno cuando piensas en el hombre que te abandonó. 

— No me abandonó, Ino. Solo cumple con su deber. Siempre regresa a mi lado. ¿Es que acaso todo lo que Sasuke hace te parece mal?

Su comentario me había molestado un poco. Sasuke no era capaz de abandonarme. Ni a mí ni a Sarada. Siempre regresaba con nosotras. Regresaba a su hogar.

Noche rojo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora