Noche rojo carmesí

Capitulo 13

Sus manos recorrían su cuerpo suavemente, sin intención de herirla o perturbarla; su tacto era suave como si tuviera miedo de lastimarla. Ella abrió los ojos y se encontró con el sharingan prestándole atención. Se sentó sobre el pasto donde se hallaba y quedó de frente observando al castaño. Él sonrió ante su sonrojo y volvió la cara al horizonte.

- ¿Nos esconderemos toda la vida? – susurró mientras se acercaba a él.

- Solo un tiempo más – contestó observándola de reojo – Necesito arreglar las cosas con mi familia.

Ella suspiró resignada y observó el horizonte igual que él, tenía un leve temblor en las manos y un nerviosismo que podía notarse con solo mirarla. Ella no se comportaba como siempre lo hacía, y él podía notarlo. Frunció el ceño y la miró un rato.

- ¿Qué tienes, Sakura? – dijo preocupado y demandante para obtener una respuesta.

- No tienes que luchar con tu familia por mí, Indra – lo miró con cierto temor – al final, tú mismo me abandonaras.

La duda que veía en sus ojos, nunca antes lo había visto. Él aun desconocía el pasado tormentoso que ella mantenía en secreto, pero allí, junto a su cuerpo, sintiendo su corazón latir y el ambiente demasiado perfecto, ella sintió que era momento de contárselo, contarle lo que tanto le había costado decir.

- ¿Qué tonterías estas diciendo? – dijo algo molesto – yo no...

- Lo harás – contestó – y es inevitable lo sé, pero no puedo seguir callando esto. Si al final te alejas de mí, si decides dejarme por esto entonces yo... lo entenderé.

Ella suspiró y lo que vino después, fue el secreto que marcó su historia para siempre.

- Yo no soy lo que piensas, Indra... yo en realidad soy...

☼☼☼ Capítulo 13: La verdadera Sakura ☼☼☼

Mientras él me tocaba, mientras me hacía el amor, yo tenía la sensación de que esta noche solo nos despediríamos, de que el adiós que tanto temíamos llegaría a culminar en sus caricias y sus besos. Cerré los ojos y me entregué por completo a la sensación de placer y satisfacción que él me brindaba. Su cuerpo sobre el mío liberando la pasión contenida y su mirada clavada en mis gestos, eran la evidencia perfecta de su amor. Toda la desesperación que sintió cuando caí en manos de los Otsutsuki, podía verlo en sus ojos, podía sentirlo en su respiración. Sus labios me acariciaban la piel con sumo cuidado, mientras sus manos acallaban cualquier dolor que pudiera tener.

Me aferré a su espalda, conteniendo todo el éxtasis que mi cuerpo experimentaba, besé sus labios de forma desesperada para saciarme a mí misma y guardar un pequeño recuerdo de lo cálido y suaves que eran sus labios, de cómo su boca se complementaba coN la mía, de cómo sus dedos encajaban perfectamente con mi cuerpo. Aun sin saberlo, me estaba despidiendo de su cuerpo, de sus sensaciones, de mis propios sentimientos.

- Sasuke-kun te amo tanto...

Dije antes de culminar con todo, antes de que la inevitable separación llegara. Una vez más teníamos que separarnos para que cada uno fuera feliz. ¿Serás feliz cuando me vaya Sasuke-kun? ¿Sentirás el mismo dolor en el pecho que estoy sintiendo? Aun no estoy consciente de cuánto me amas, no sé si fuiste tú quien me eligió o fue mi insistencia. Solo puedo ser consciente de una cosa y es que nunca podré amar a otra persona como te amo a ti.

- Parece que por fin caíste en cuenta que no podrás salvarte de mí.

Esa voz de nuevo. Retumbaba en mi cabeza cada día y me visitaba en sueños. Solo la calidez del cuerpo de mi esposo podía acallarla, pero siempre volvía a atormentarme como si disfrutara de eso. Esa voz solo esperaba que yo pudiera despedirme, así me lo había informado aquella vez. Y cuando por fin lo hice, cuando por fin le dije adiós al hombre que amaba, ella, en persona, se apareció en mi mente.