-Entonces si esta zona está vigilada las veinticuatro horas del día y aquí es donde suelen entrenar... entraremos por aquí- dijo Melania mientras señalaba las zonas mencionadas con una daga.-No lo creo amor, por ahí se encuentra la cabaña de Pan. Tendrá que ser por otro lado- comentó Garfio con una mueca de desaprobación y Melania tuvo que tachar aquella zona.
-¿Otro lado?- preguntó Melania analizando el mapa-. Pero ya no quedan más lugares- dijo al ver todas las zonas que había mencionado marcadas con un tache. Suspiró frustrada y se cruzó de brazos mientras se recargaba en la pequeña silla.
-Te lo dije, rescatar a tu hermano no sería cosa fácil- dijo y después tomó un pequeño trago de su botella de ron. Melania resopló pensando en alguna otra opción mientras recargaba su frente sobre la mesa de madera.
Cuando terminaron de entrenar, Melania le propuso al capitán empezar a elaborar su plan de ataque, en un principio él se había negado, pero después de unas interminables súplicas por parte de ella, Garfio no tuvo opción más que ceder a la proposición de Melania.
Y ahí estaban, en una habitación planeando el rescate. Garfio le había contado todo lo que sabía de Pan y le había hablado de la ubicación de su campamento. Melania escuchó cada palabra del capitán con atención y hacía anotaciones en una hoja aparte. Mas parecía que la suerte no estaba de su lado, todas las ideas de la joven eran rechazadas por Garfio.
-Muy bien, solo hay dos opciones. Una: o es imposible entrar al campamento de Pan y salir con vida de ahí o dos: tú eres un pesimista cobarde que le tiene miedo a ese adolescente de allá- comentó Melania después de un pequeño rato de silencio.
-Yo voto por la primera opción- dijo Garfio, un tanto molesto por el comentario de Melania.
-¡No!- clavó la daga en la mesa de madera, sobresaltando a Garfio-. Me niego a creer que es imposible rescatar a mi hermano.
-Yo nunca dije eso- comentó Garfio mientras hacía un gesto cautivante.
-Pero...
-¡Shh!- le silenció Garfio-, tal vez nosotros no podemos entrar, pero ellos sí pueden salir- comentó enigmático.
-Cuando salgan a cazar... ¡nosotros los tomaremos por sorpresa!- dijo Melania al descubrir la idea de Garfio.
-¡Exacto!- tomó otro trago de su ron. Melania sonrió de oreja a oreja, por alguna razón aquello le divertía. Salir un poco de su aburrida vida era algo que ella había soñado desde hace tiempo.
Melania iba a comentar algo cuando un poco de alboroto comenzó a escucharse de arriba. Garfio se levantó de su asiento, con todos sus sentidos listos, como cuando un venado escucha a su depredador, listo para actuar.
Alguien bajaba por las escaleras con lentitud, Melania tomó la daga clavada en la mesa y se preparó para lo que siguiera. Garfio imitó a la joven solo que él desenvainó su espada. Preparándose para atacar.
La puerta se abrió mostrando a un tripulante de Garfio, el hombre soltó un pequeño grito al ver ambas armas apuntando a su cuello. Melania y el capitán bajaron los filosos metales al ver de quien se trataba.
-¿Qué sucede allá arriba maestre Smee?- preguntó Garfio mientras guardaba su espada.
-Es Pan, mandó a Félix y a varios de los niños perdidos, los más intimidantes por cierto- respondió Smee con cierto temor en su voz.
-¿Y qué quieren esos mocosos?- preguntó irritado Garfio.
-A ella.- El dedo le temblaba mientras señalaba a la morena, quien lo miraba con los ojos abiertos como búho. Mas ella no era la única sorprendida por la respuesta de Smee, Garfio también lo estaba.
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The Real Queen Of Neverland
FanfictionMelania se vio obligada a dejar su hogar y embarcarse en una nueva aventura cuando su hermano Karan desapareció del pueblo. Tiempo después escuchó rumores acerca de un flautista que se llevaba a los niños por la noche, encantándolos con el sonido de...