The Real Queen Of Neverland

Capítulo 19

Capítulo dedicado a @Obliviate-Swan

¡Gracias por tus votos! Saber que te está gustando la historia es suficiente. Creo que dedicarte este capítulo es la mejor forma de enseñarte cuanto te lo agradezco.

¡Espero que te guste!

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-¡No!- gritó por enésima vez. Selith miraba como la espalda de su jefe se elevaba y bajaba con fuerza, estaba furioso, completamente encolerizado.

-No, esto no puede estar pasando-dijo lleno de furia. Se pasó sus manos por sus claros cabellos, ahora todos desenmarañados. Ya había intentado varias veces cruzar por el portal que había abierto hacia Nunca Jamás pero una capa transparente se lo impedía.

-Señor-le llamó su fiel secuaz con temor-.Estaba pensando, ya que hay un escudo, que probablemente fue hecho por su hermana, nos impide el paso, deberíamos...

-¡Cállate!-le calló. Volteó a verlo, disparándole dagas con sus enfurecidos ojos verdes-. No pienso hacer un trato con Rumplestiltskin- su voz era entrecortada, pues su respiración era muy pesada. Su enojo estaba fuera de control.

-Pero señor...

-¡He dicho de que no!

-Señor, si lo piensa...

-¡Selith!

-Si usted no puede...

-¡¿Si acepto te callarías?!- gritó ya harto. Selith retrocedió un poco.

-Solo el Oscuro puede ayudarnos, de otra forma usted jamás podría matar a Melania-murmuró con miedo. Temía por su vida, con Orson uno debía irse con cuidado. El hombre cerró sus puños con fuerza, sus nudillos se estaban empalideciendo. Cuando Selith creyó que iba a morir en ese momento, Orson soltó sus puños junto con un largo suspiro.

-Tienes razón Selith-dijo con una sonrisa forzada. Selith agradeció en voz baja.

-Tendremos que pagarle una visita a Rumplestiltskin.

(...)

Habían pasado días. De eso estaba segura, mas no sabía exactamente cuántos habían sido. Se habían sentido como semanas.

Agotadoras semanas.

Tal y como Pan había dicho, todos los días habían entrenado, con magia y sin ella. Al igual que con la espada, el comienzo del entrenamiento con magia había sido muy difícil para Melania. Pan tenía experiencia, demasiada experiencia y Melania era una novata.

Entrenaron todos los días, todo el tiempo posible. Melania aprendía rápido. Sí, le costaba trabajo, pero terminaba superando el reto que Pan le ponía. Los movimientos de la chica comenzaron a hacerse más fuertes y seguros, con mayor velocidad. La forma en la que manipulaba la magia era única, tan natural.

Y no solo físicamente mejoró. El temor fue desapareciendo en ella, no del todo, pues aquello sería imposible, pero la confianza en sí misma que fue ganando la ayudó de increíbles maneras. Melania se sentía lista y capaz de salvar Nunca Jamás, de vencer a Orson.

Inclusive la relación entre Pan y la chica mejoró. Ya no eran enemigos. No eran solo aliados, se podría decir que ya eran algo cercano a ser amigos.

El atardecer se acercaba. Y como todos los días, el chocar del metal seguía escuchándose en el bosque.

Chocaron espadas quedando uno enfrente del otro. Ambas respiraciones agitadas y cansadas.