-¿Las estrellas son hermosas no crees?- preguntó la mujer de cabellos oscuros y ondulados observando al oscuro cielo.
-Sí mamá- respondió la pequeña niña a su lado. Ambas tenían aquellos ojos oscuros tan profundos y misteriosos, en los cuales se reflejaban de forma perfecta los astros del cielo, como si estuvieran hechos para pertenecer en ellos-. ¿Qué son las estrellas mamá?
-Oh Mel, las estrellas son muchas cosas- respondió a la pregunta de su hija. Con su mano derecha tiró suavemente de la cabeza de la niña, invitándola a recargarse sobre su hombro-. Mis padres decían que las estrellas son las almas de aquellos que fallecieron, aunque mucha gente cree, al igual que tu padre, que son los sueños de todos, iluminándose en la noche, cuando ellos los dejan libres al irse a dormir.
-¿Tú qué crees que son mami?- volvió a preguntarle la pequeña.
-Todos creen cosas diferentes, pero de algo estoy más que segura. Las estrellas son mundos, llenos de magia y belleza, como la propia estrella. Mientras más brilla, más viva está, ella y lo de su interior.- Besó la cabellera de su hija.
-¿Puedes vivir en las estrellas?- inquirió ilusionada la pequeña Melania.
-Nosotros venimos de una, ma petíte- interrumpió Simone acercándose a ellas.
-¿En serio?- cuestionó con más ilusión su hija. Ambos padres rieron-. Vamos la cena está lista.
Las dos se levantaron de la arena y caminaron por la orilla de la playa.
-¡Mira mamá yo preparé el pescado!- gritó un pequeño Karan con ánimo mientras levantaba un pescado que sostenía con un palo de madera y lo movía a los lados, mostrándoselo a su madre quien lo miraba con su sonrisa cariñosa.
-Melania- escuchó su nombre a sus espaldas. Sus padres siguieron caminando y se sentaron cerca de la fogata junto con Karan, quien estaba orgulloso de su cena.
-Melania- volvió a escuchar y volteó, pero se encontró con una playa vacía.
-Melania- llamaron de nuevo.
-Melania-
-Melania-
-¡Melania!-
Apretó con fuerza sus ojos y soltó un suspiro. Poco a poco abrió sus párpados dejando ver la cara de un joven. La chica frunció el ceño, su vista todavía no se acostumbraba a la luz y no podía distinguir al sujeto enfrente de ella.
-Melania despiértate- una voz masculina habló. Parpadeó ajustando su vista, poco a poco la cicatriz de su rostro era más visible y vio que la capucha que normalmente reposaba sobre su cabeza no estaba, dejando libres su rubios despeinados.
-¿Qué pasa Félix?- preguntó ella mientras se sentaba en la cama.
-Te quedaste dormida Melania- respondió el rubio observando como la chica se estiraba, al mismo tiempo que soltaba un bostezo.
-Solo un sueño- murmuró ella de forma inaudible para el chico. Como deseaba que aquel sueño volviera a convertirse en una realidad.
Se levantó y arregló su cabello como podía con sus manos.
-Félix, ¿no hay algún lugar en donde pueda darme un baño?- quiso saber ella al sentir su pelo demasiado grasoso.
-Sí, hay una pequeña laguna cerca del campamento- dijo él haciendo señas para que lo siguiera. Melania sonrió y tomó las prendas que Pan le había otorgado.
Al salir de la pequeña cabaña, se encontraron con el campamento vacío.
-¿En dónde están todos?- preguntó ella, pero interiormente agradeció el que "su líder" no estuviera, en este momento no soportaría verle la cara.
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The Real Queen Of Neverland
FanfictionMelania se vio obligada a dejar su hogar y embarcarse en una nueva aventura cuando su hermano Karan desapareció del pueblo. Tiempo después escuchó rumores acerca de un flautista que se llevaba a los niños por la noche, encantándolos con el sonido de...