Capítulo 23

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Capítulo dedicado a @JozAmbriz

¡Gracias por tus votos y comentarios! Decidí dedicarte este capítulo a ti con mucho gusto.

¡Espero que lo disfrutes!

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Baelfire había aprovechado aquél momento. Cuando todos se fueron a enterrar al chico, tuvo la oportunidad de salir del campamento. En el momento en el que la última capucha se desvaneció en la maleza, sin pensarlo dos veces, Baelfire salió corriendo de ahí. Sabía que no era buena idea, estaba atardeciendo y no conocía los peligros que el bosque ocultaba. Pero prefería enfrentar bestias peludas a tener que vivir con Peter Pan.

Corrió hasta más no poder. Se recargó sobre una pared de piedra, se inclinó e intentó tranquilizar su respiración. Necesitaba encontrar un plan de salida y uno rápido. Cuando se enteraran de que había escapado, irían a por él. Por suerte había traído consigo un arco y varias flechas.

Empezó a caminar de nuevo pero su pie golpeó algo. Se agachó para recoger el coco que había en el suelo y lo observó con detenimiento. La sombra lo había traído, por consiguiente ella misma podía regresarlo. Debía atraparla de alguna forma, pero la pregunta era ¿cómo?

Vio una pequeña cueva a lo lejos y decidió ocultarse dentro de ella. Si se mantenía ahí adentro, los niños perdidos tardarían más en encontrarlo. No sabía ni por dónde empezar, su mente estaba en blanco. No había ideas rondando en su cabeza y por ello no podía crear un plan.

Hizo una pequeña fogata para alumbrar un poco el lugar. Tomó una pequeña roca del suelo y se dedicó a dibujar con ella en las paredes de la cueva. Sin pensar dejaba que su mano hiciera trazos, que al final se convertían en figuras, creando una imagen.

Pasó así varias horas hasta que una idea llegó a su cabeza. La sombra había reaccionado contra el fuego, ¿qué tal si utilizaba este mismo para meterla en un contenedor? Volteo su cabeza y a un lado de él estaba el coco que antes había encontrado.

Agarró otra roca filosa y comenzó a romper el coco en dos. Cuando lo logró tiró toda el agua en la tierra. Buscó algún trozo de madera que entrara en una mitad del cuenco que había hecho, pero no encontró ninguno. Deseó tener una vela en ese momento y mágicamente apareció una en su mano, era pequeña, del tamaño perfecto. Metió la vela en una mitad y en la otra hizo varios agujeros. Después cogió su arco, el carcaj y salió de la cueva.

La noche había caído. Se escuchaba el sonido de varios insectos, y uno que otro rugido a lo lejos.

-¿Cuánto tiempo crees sobrevivir aquí afuera con solo tres flechas?-dijo Pan a sus espaldas. Baelfire preparó su arco.

-Con una me bastará para huir de ti.-Con gran rapidez volteo y soltó la flecha. Sin embargo su plan había fallado. Antes de que la flecha tocara el pecho del castaño, él la detuvo con solo una mano.

-Tienes mucho que aprender, Baelfire-dijo Pan con una sonrisa macabra. Tiró la flecha a un lado y comenzó a caminar lentamente, observándolo como un depredador observa a su presa.

Sin verlo venir una nube negra envolvió al chico, antes de que Pan le pusiera una mano encima.

Baelfire apareció en la playa. Su respiración se había agitado por el susto. No sabía qué había pasado.

-Deberías agradecerme, evité que aquel monstruo te asesinara-dijo una voz ronca a sus espaldas. Baelfire volteó para observar a su salvador.

Un hombre de cabellos claros, tez pálida y una cara un tanto esquelética lo observaba con su mirada verde sabia, notable en su mirar el brillo de demencia logró causarle temor al chico.

The Real Queen Of NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora