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Inmediaciones de Roberta, Alaska, 26 de Julio de 2009, Área 112

        Aquí concluye el diario del capitán Owens. Las páginas siguientes aparecen repletas de inscripciones en caracteres orientales y, al final, una línea en inglés, con una caligrafía muy diferente a la del capitán:

The nightmare of a man is the dream of another one.

        Pruebo a conectar el ordenador. Para mi sorpresa, arranca sin contraseña. Su dueño debía estar tan seguro de su invulnerabilidad que no se había molestado en perder el tiempo con esas pequeñeces. Todo aparece en japonés y no soy capaz de entender ninguno de los documentos que escruto, salvo uno de los últimos mensajes de correo electrónico enviados, que lleva adjunto un archivo de video. Es una grabación de las cámaras de seguridad, apenas unos diez segundos. Se muestra una imagen de la puerta acorazada que he contemplado antes, la que da acceso a la zona restringida. Tras unos segundos en los que apenas se ve la puerta cerrada, esta se abre con brusquedad y tres seres monstruosos, semejantes a la descripción que he leído de Sideburns, surgen a la carrera de ella.

        Admito que las imágenes me dejan conmocionado: una cosa es leer un relato y otra, muy diferente, contemplar algo con tus propios ojos. Vuelvo a examinar el vídeo, esta vez a cámara lenta. La resolución no es muy buena, pero parece evidente que los rasgos de los monstruos son orientales. Analizo la grabación una vez más, esta vez fotograma a fotograma. Entonces lo descubro: retrepado en la espalda del segundo coloso, se distingue otro ser monstruoso, que me recuerda a Gollum de la versión cinematográfica del Señor de los anillos.

        Este hecho me da que pensar. He contemplado una prueba de lo que haya ahí detrás no siempre afecta a todos por igual. Quizás la criatura escurridiza que se encaramaba a la espalda del segundo monstruo comandaba al resto, y es posible que fuera él quien abrió las puertas blindadas.

        Frente a la puerta acorazada, dudo una vez más. El porvenir no se antoja muy prometedor. Puede que acabe convertido en una versión de Hulk, sin su característico tono verde, o en una suerte de anguila calva y membruda con poderes psíquicos.

        Incluso así, debo atravesar la puerta.


La pesadilla de un hombre es el sueño de otro.

El prisionero de RobertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora