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22 de Julio de 1968, Diario del capitán Owens

        Hoy por fin logré romper el hielo con Howler. Lo descubrí cavilandojunto a un minúsculo tablero de ajedrez plegable, con fichas magnéticas,tratando de reconstruir una partida que había copiado de un viejo recorte de undiario, de la sección de pasatiempos. Me ofrecí a jugar con él, y aceptó trassuperar las reticencias iniciales. Legané la primera partida en diez minutos y me dejé vencer en la segunda, trascasi dos horas. El biólogo era un jugador más apasionado que talentoso. A lolargo de la tercera partida, tras el frugal almuerzo, ya se dignaba a hablarconmigo en mi turno de pensar (el suyo lo respetaba con sumo escrúpulo), yobtuvo la victoria por méritos propios. Yo me enteré de que estaba resentidocon Lawry, que había asumido todo el protagonismo y lo había dejado reducido alpapel de mero espectador.  

El prisionero de RobertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora