—¿En qué te puedo ayudar? —Alzó rápidamente la vista.
se quedó unos segundos en silencio.—No creo que haya mucho que hacer, pero simplemente quiero que cuides de _______ todo lo que puedas.
—¿Cuidar? ¿Por qué?.— frunció el ceño confundida.
—Sí,— asintió.— si hay algo que conozco muy bien de Bulma es que sé lo violenta que es cuando está cabreada. Y tiene mucho rencor. Por lo que puede incluso volver a golpearla. Y si yo estoy ahí, probablemente perderé el control de la situación, ¿entiendes?
—Sí, entiendo. —asiente y sonríe levemente.
El plan y la idea eran simples:
– Hacer que ni Bulma, Trunks ni Mirai se acerquen a _______.
– Intentar subirle el ánimo.
– Tratar de distraerla.
______ propuso una idea que llamó la atención de Vegeta.
No por nada la mocosa era inteligente.
— En unos años más, o meses no lo sé bien, yo me iré a vivir a América. Resulta que el abuelo me dijo que allá están construyendo sus dominios de Corporación Cápsula. Ambos tuvimos un acuerdo porque solamente me lo contó a mi. Cuando ese lugar se inaugure, yo seré la presidenta. Así, me iré a vivir allá y me llevaré a _______ conmigo. ¿Qué opinas?
La idea era increíble. A Vegeta no se le hubiera ocurrido nada mejor. Sacar a _______ de Japón para que así sea feliz en otra parte del mundo, aunque fuera sin su familia.
Ese era un punto clave. Ahora solamente tenían que esperar un poco, al menos hasta que estuvieran seguros de que las cosas irían.
Vegeta se quedó un poco más tranquilo, así que le pidió que le preparara el desayuno a _______.
Ella aceptó gustosamente. Mientras él se iba a entrenar.
Cuando lo tenía listo, se fue directo a la habitación de la menor, quien apenas se había despertado y se encontraba sentada en la cama. Aún tenía su armadura puesta.
—Buenos días, hermanita~. —Se le escuchaba feliz en realidad.
—H... hola, hermana. —Se sobaba los ojos y sentía un fuerte y punzante dolor de cabeza.
La ______ de futuro se destacaba por varias cosas. Una de ellas era la amabilidad y la comprensión de todos los problemas que se presentaban. Su gran empatía.
Claramente también tenía consejos para mejorarlos. Y esta vez no era la excepción.
Le entregó el desayuno y se sentó en la silla de escritorio para verla comer.
— Oye..— trató de llamar su atención metiendole conversación.— ¿Qué tal si hoy vamos a alguna parte de...?
—No, gracias. —Interrumpe rápidamente para luego seguir comiendo con la vista pegada a su plato.
—Anda... Vamos a alguna parte. Así me ayudas a conocer y..
—No, gracias. —Responde rápidamente e interrumpiendola.
Mirai suspira y sigue mirando cómo termina de comer. Intentó seguir con la conversación, pero _______ se negaba rotundamente. Simplemente respondía con monosílabos o simplemente no lo hacía.
Ella se fue para dejar a la menor que se cambie.
Se dirigió a la cocina para poder lavar los platos. Al estar allí se encontró con Mirai, quien tomaba café y miraba el periódico en una tableta.
Éste al verla levantó la mirada y se quedó mirandola.
—Buenos días, hermana. —Le sonríe.
—Para mí no son nada buenos.—Le responde seria y cortante.
—¿Por qué?
Se gira para mirarlo. — ¿Y aún así lo preguntas? —Alza la ceja.
—P-pero... ¿Qué hice ahora?.— se sorprendió por su repentino mal humor.
—mucho, Trunks.
—Pero...
—Necesito hablar contigo en mi oficina en una hora. Es urgente. —Apenas lo dejó hablar, se gira y se retira.
