—¿Viaje? ¿Me llevarás de paseo? —me burlé mientras me cruzaba de brazos.
Escucho cómo ríe levemente. «Algo así». Inmediatamente después de que dice eso, el paisaje cambia a uno mucho más claro. Instintivamente cierro los ojos debido a la luz. Cuando los abro, lo primero que veo es un paisaje que parecía un prado, pero no había flores, solo pasto.
«Quiero que me hables sobre tu existencia». Fue lo primero que escuché cuando comencé a bajar de la colina.
—¿Qué?.― Bufé, parecía una broma.― ¿Mi existencia?
«Exactamente, ¿Cuál es tu historia?»
¿Qué clase de preguntas son estas?
«Tranquila, solo quiero conocer un poco más tu perspectiva. Quiero conocerte más.»
—¿También puedes leer los pensamientos de los demás?.― Eso me sorprendió.
«Así es, es algo fabuloso.»
Iba a preguntar sobre lo incómodo que sería si lo hiciera de forma inconsciente, pero escuché unas risas de niños cuando llegué a la orilla del risco.
—¡Vamos, hermano!.― Inmediatamente reconocí esa voz como la mía.
Me acerqué rápidamente a la orilla y vi a dos pequeños niños de cabello lila y ojos azules que se perseguían entre ellos. Estaban rodeados de flores y había una suave brisa que los hacía estremecerse.
Éramos yo y Trunks de pequeños. A lo lejos vi a mi padre, recostado en el suelo y apoyando su espalda en el tronco de un gran árbol.
—¿Qué?.― Susurré sorprendida.― ¿Dónde estamos? ¿Es el pasado?
«No... — la voz aparece inmediatamente. — Estos son tus recuerdos. Estamos viendo tus recuerdos.»
—¿Recuerdos? .― Volví mi mirada al piso cuando sentí un cambio en este, ahora me encontraba flotando en el cielo.― ¿Qué edad teníamos aquí?
—Unos 4 años.― Una figura aparece al lado mío, lo cual me tomó por sorpresa. No me lo esperaba.
Esta era de mi mismo porte, pero no podía verla claramente porque tenía una capa con capucha de cuerpo entero color negro. Solo podía ver sus pies. Tenía unas botas largas, totalmente negras.
Fruncí el ceño. ¿Quién...?
—Luego te digo. ― Interrumpió, ni siquiera me miraba. Su voz era tan fría, autoritaria y tan seria, totalmente diferente a quien escuché hace rato.
— ¿De dónde saliste?
—¡Trunks! ¡Papá ya viene!.― Gritó la pequeña _______, emocionada viendo cómo Papá se levantaba de su lugar y caminaba en dirección a ellos. Le habían lanzado frutas que encontraron en el piso.
—¡Corre, hermana!.― Ambos salen corriendo y se agachan detrás de unos árboles frutales. Mi papá se encontraba caminando en esa dirección, fingiendo que no sabía exactamente dónde estaban. Preguntaba al aire, "¿Quién me lanzó esta manzana podrida?" Los pequeños aguantaban la risa para no ser descubiertos.
Sonreí ante eso. Papá siempre nos seguía el juego cuando estaba solo con nosotros, pero poco a poco el paisaje cambia. Ahora nos encontrábamos dentro de la cámara de gravedad.
—¿Por qué no recuerdo eso concretamente?.― Refiriéndome al recuerdo anterior. Me daba nostalgia. Mi infancia no fue para nada mala, hasta que conocí a Babidi.
—Eras muy pequeña.
—Solo recuerdo que ese era un prado que estaba en el terreno de los abuelos, no sé muy bien dónde.― Sonreí. ― Habían muchos animales. Siempre que estábamos de vacaciones íbamos ahí y mamá trabajaba. Así que nosotros salíamos a explorar por nuestra cuenta, pero papá siempre estaba vigilándonos desde lejos.
—Pero después comenzaste a entrenar y dejaste a Trunks de lado.― Dice, parecía un poco molesta cuando lo dijo.
—Al mismo tiempo en que Trunks y Goten se conocieron. ― Me crucé de brazos, se sentía como una acusación. ― Era inevitable que pasara.
—Lo de ellos estaba predestinado. ― Se da la vuelta.
—Mis batallas también.― Fruncí el ceño.
Ella no dice nada, solo mueve sus manos, las cuales estaban cubiertas de vendas, sobre una mesa blanca. Esta parecía de las que están en el laboratorio de mi hermana.