_____ estuvo todo el día afuera, sin aparecerse por la casa. Y, gracias a que salió de esa forma tan repentina sonaron las alarmas de la corporación cápsula y terminó despertando a todo el mundo. Los cuales inmediatamente dedujeron que _____ había salido de casa sin cuidado alguno. Dieron las diez pm y ella aún no aparecía.
Vegeta, que se encontraba en el balcón esperando, se desesperaba cada vez más por el pasar de las horas. Estuvo ahí desde las dos la tarde. Para lo único que se paró fue para comer, pero luego volvió inmediatamente a su lugar. Bulma por su parte le dijo que quizá solo se fue a entrenar, lo cual no cuadró con el príncipe, ¿iría a entrenar de madrugada ______, la persona más floja del mundo, en cuanto se habla de despertar temprano?
Solo se quedó ahí, intentaba no preocupar a Trunks y a Bura, pero fue inevitable. Gruñó al sentir su bajo ki llegar. ____ aterrizó justo enfrente de él, pero no le dirigió la palabra y se dirigió rápidamente hacia la puerta.
―_____..―llamó, seriamente.―¿dónde diablos estabas?.―su voz sonó más autoritaria de lo normal, aunque se contenía de gritarle.
―En.. — dudó en hablar.— ningún lado. Solo salí.— responde tajante.
―Ah, con que saliste..―caminó hacia ella, quedando enfrente.―¿te parece normal salir a las cinco de la mañana y volver más de doce horas después, ____?
―No.―agachó la cabeza.― sé que no estuvo bien, pero de verdad no importa, Papá. Solo déjame.
―No.―frunció el ceño.―no estuvo nada bien, _____. Saliste de casa, en la madrugada, rompiste tu ventana, hiciste sonar las alarmas, no llegaste en todo el día, ¿y cuando apareces dices que no fue nada? ¿crees que no nos asustamos?
Vegeta estaba haciendo el mayor esfuerzo por no gritarle, lo que menos quería era asustarla aún más. Solo hablaba duramente, pero sin subir de tono.
―Solo.. déjame.― intentó pasar al otro lado, pero su padre se lo impidió, poniendo su brazo.―Papá..―gruñó.
―sabes perfectamente que conmigo no juegas.―la miró duramente.
―¡____!.―Bulma salió de la casa, corriendo y abrazó a su hija mayor, asustada.―¿dónde estabas?
La pelinegra se dejó llevar. La verdad es que últimamente casi siempre terminaba abrazando a su madre. Había olvidado la calidez de sus brazos y lo perfecto que encajaban con los suyos al unirse de aquella cariñosa manera.
―en ningún lugar en especial.―habló luego de que decidiera, duramente, en alejarse de su madre.― La verdad es que no importa mucho.
―pero, _____ ¡estuviste todo el día afuera!
―lo sé, no importa.―negó nuevamente. Estaba completamente decidida a no decir nada de lo que había dicho o visto ese día. En absoluto.
