♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz.
♥ Inspirado en el subway de Madrid.
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La pecosa había incurrido a una falta gravísima en su mundo de té y lujos muy propios de Londres, había decidido ese día visitar el subway que para ellos no era más que un banco de gérmenes y una pocilga llena de gente diferente a ellos. La idea de que su familia pensara así le ponía los pelos de punta, sobre todo porque ella muy a pesar de que sudaba dinero y que fácilmente podría comprar la estación completa, estaba tomando el metro y miraba a todos lados como si estuviese robando algo pero lo cierto era que le daba miedo que la viesen.
Su madre la castigaría diez años bailando ballet y obligándola a salir con los hijos de sus amigas estiradas de sociedad.
Cogió una baranda demasiado nerviosa mientras se paraba al lado de la puerta temerosa, miró casi a toda la gente que la ignoró por ser hora punta y sonrió de no ver a nadie conocido.
No iba a demorar mucho pues la estación a la que iba estaba muy cerca, solo tendría que detenerse dos veces y continuar con su rumbo.
El metro se detuvo y tuvo que pisar fuerte para que la fuerza no la llevara al lado contrario. No faltaba mucho y temía que todo lo que le había contado su abuela se hiciera cierto.
"En el metro roban y secuestran chicas"
"En el metro hay gitanos roba gente"
"El metro tiene gérmenes"
Y miles de frases que habían repetido su hermano mayor junto con su mejor amigo acerca de ese "submundo".
Pero ahí estaba, sobreviviendo luego de haber subido, no le notó nada extraño de hecho le parecía genial ver a tanta gente en un solo lugar, parecían sardinitas ordenadas para ser enlatadas.
Finalmente unas luces aparecieron anunciando la estación próxima, su destino.
Bajó cuando las puertas se abrieron y miró alrededor, la estación era una de las más concurridas. A una esquina pudo ver un grupo de bailarines que con un equipo de sonido hacían que la gente se detuviese a verlos, eran increíbles, del otro lado pudo ver un muchacho de pantalón jean y camisa a cuadros con una guitarra muy linda.
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Se quedó viendo su perfil, de repente él giró y la pilló viéndolo.
El muchacho no le despegó la mirada y acomodó el micrófono frente a ella sin dejar de perseguirla con los ojos.
El cuerpo casi se le sale cuando el muchacho sonrió mostrando todos los dientes, los ojos se le achicaron tanto que parecía que tenía dos guiones y sus líneas de expresión se hicieron más notorias. Era hermoso.
¡Chen!-gritó un muchacho alto que vestía de buzo.
El muchacho giró a verlo perdiendo contacto con la muchacha, de repente un estampida de muchachos sudorosos corrieron despavoridos por la estación.
¡La policia! ¡Enano corre!-gritó otro que se llevó su guitarra y corrió.
La miró un poco decepcionado por no haberle ofrecido el espectáculo que estaba dispuesto a darle, quiso tomarle la mano y quiso acercarse para verla de cerca, le costaba creer que tanta belleza fuese real.
Otro muchachito alto y delgado apareció corriendo con la policía detrás, sin más el muchacho de la sonrisa perfecta desapareció tras el gentío que iba y venía de la estación.
Solo atinó a morderse los labios en ese momento mientras alzaba la cabeza para verle correr, pero no vio nada.
Ese había sido un encuentro extraño, sin embargo, la sensación de haber iniciado algo simpático y atrayente le causaba curiosidad. Necesitaba repetir ese instante que ahora quería que en su mente no fuese un recuerdo si no algo más que eso, quería que se volviese eterno, porque estaba segura que esa mirada no se la había regalado nadie.
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!Hola! Este es el nuevo proyecto, ya falta poco para que se acaben los otros fics y los dejaré inconclusos hasta que se terminen.
Este fic está inspirado en un grupo de chicos que vi en Madrid en uno de mis viajes, por alguna razón desde el año pasado tuve merodeando la idea en la cabeza, espero les agrade tanto como a mí este proyectito.
