Capítulo 21 ❃ Baiser

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Todo estaba planeado, desde la canción hasta la rosa mágica que los haría unirse, América había pasado todo el día escuchando la aburrida clase del señor Collins que explicaba la gramática como la cosa más simple del mundo, sin embargo, la más alta del par fruncía el ceño cada que el señor Collins pronunciaba los ejemplos en latín.

Le iba a dar urticaria si el tipo seguía hablando y comiendo, era realmente asqueroso verlo escupir pequeños trozos del croissant que reposaba en su escritorio junto con la taza de café.

La otra semana traerán un ensayo de lo que más les gustó durante la semana pero... en latín –dijo sonriendo.

La sonrisa fue maquiavélica, el señor Collins era el único que sonreía y se divertía con el sufrimiento de sus alumnos por lo que alistó todo y salió rebosante del aula meneando la cabeza de derecha a izquierda.

¡Solo una maldita hora más!-gritó América estirándose en el asiento.

Adele quiso dejarlo salir pero se mordió prácticamente la lengua para no arruinarlo, se imaginaba más o menos como debía sentirse Sehun ya que no faltaba mucho para que el plan se llevase a cabo.

¿Babotas?-susurró mirando a su amiga que tenía la mirada perdida.

Adele giró a verla con una sonrisa y movió la mano frente a ella sonriendo, América frunció el ceño y luego le siguió el juego sonriendo.

Tengo ganas de comer chocolate –susurró haciendo un puchero- tengo ganas de comer algo dulce.

Adele sonrió como una boba y sacó de su bolsillo un chocolate Lindt, la marca favorita de ambas.

¡Te mereces el cielo!-le dijo América tomando la barra.

América le dio un mordisco y mientras masticaba el pedazo vio que entraba su maestra de matemáticas con la regla en la mano, pasó caminando muy rápido hasta que empotró los libros que tenía en la mano sobre el pupitre y luego las miró

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América le dio un mordisco y mientras masticaba el pedazo vio que entraba su maestra de matemáticas con la regla en la mano, pasó caminando muy rápido hasta que empotró los libros que tenía en la mano sobre el pupitre y luego las miró.

Hoy hablaremos de quebrados –dijo sonriendo mientras se bajaba los lentes.

América prácticamente se desmayó en su escritorio y estiró las manos por encima de la cabeza mientras se quejaba, no era la única incluso Adele había resoplado haciendo bailar su cerquillo.

Station Love ❃ Kim Jong DaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora