♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz.
♥ Inspirado en el subway de Madrid.
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Luego de que empezó la película de aquellos caninos, notó que había sido una muy mala idea hacerle caso a América acerca de la elección de la película. Se tapó la cara nerviosa y pasó ambas manos por sus mejillas sonrojadas intentando sentirse mejor con ello pero en cuanto giró para ver a Jong Dae se quedó en blanco.
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Él parecía ajena a lo que la pecosa ahora estaba sintiendo, incluso parecía disfrutar de aquella película. Palmeaba riendo con los cachorros y no dejaba de sonreírle a la pantalla como si fuese lo más maravilloso del mundo, puso haber sentido envidia pero no hizo más que aliviarla, le quitó ese maldito peso de encima y la vergüenza rápidamente pasó a ser gratitud.
La cita no estaba saliendo fatal, si Jong Dae sonreía era porque lo disfrutaba y ella no pudo pedir más, se unió a su sonrisa mirando a los caninos.
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Justo en ese momento miró hacia él para tal vez atraer su atención pero se halló corta en hacer aquello porque Jong Dae esta vez parecía esperanzado, sus ojos humedecidos brillaron con la luz de aquella pantalla ante la imagen atenta de los caninos que parecían mandarles un mensaje subliminal.
Adele miró la pantalla justo en el momento preciso en el que ambos caninos succionaban aquel fideo. Volvió a ponerse roja y se tapó sutilmente la cara porque cualquier hubiese podido entender que ella esperaba lo mismo por parte de él pero no significaba eso. Hizo puño nerviosa pero todo se sintió calmado en cuanto oyó su risa, abrió los ojos y miró las pupilas de Jong Dae que esta vez se posaron sobre las de él.
