América se levantó de la cama y aplaudió en dirección a Adele mientras esta se tapaba la cara con una almohada rosa que tenía frente a ella.
¡Eres mi ídola!-le dijo sonriendo.
No sé como me llené de valor –contestó Adele bajito.
América le quitó la almohada mientras saltaba sobre la cama de la pecosa emocionada por lo que acababa de oír de su mejor amiga. Iba a salir con Jong Dae y no, él no la había invitado, si no, ella.
¿Ya pensaste en que hacer en tu cita?-América se detuvo asustada.
No sé tal vez ir a un café –le pecosa la miró.
Tienes que provocar la situación –le dijo señalándola.
¿Provocar?-frunció el ceño Adele- no entiendo.
¡Babotas! –Canturreó- Tienes que hacer que te bese.
¿Beso? –susurró con la mirada perdida.
Sí ¡Dah! ¿No sabes lo que es eso?-América se sentó a su lado- es cuando chocas los labios con los de una persona que te gusta.
América se veía digna de brindar una ponencia en algún auditorio, parecía conocer tanto del amor adolescente que Adele lo pensó, incluso si América le decía que debía usar un ridículo vestido para ese día, Adele lo pensaría ya que el poder de convencimiento de su mejor amiga era increíble.
Sabes que no he dado mi primer beso –se mordió los labios y miró a su mejor amiga.
Es fácil –le dijo sonriendo América- cuando menos te des cuenta ya lo habrás dado.
Adele se acomodó en la cama para luego cerrar los ojos con fuerza y mover la cabeza de derecha a izquierda, deseaba dejar aquel pensamiento para otro momento. No estaba apresurada por un beso en ese momento, solo quería pasar un momento de calidad y lleno de belleza al lado de Jong Dae.
Pensemos mejor en... -miró nerviosa a Adele- No tengo ni idea de a donde llevarlo.
Sé que si llevas a Jong Dae a dar una vuelta a la manzana y le sonríes, el hombre estará rebozando de alegría como siempre que te ve –levantó una ceja y luego sonrió.
No era mentira, el muchacho no paraba de sonreír cada que la miraba y a decir verdad, ella tampoco dejaba de hacerlo.
Creo que llevarlo a un café sería demasiado cliché –la pecosa hizo un puchero mirando a su mejor amiga que parecía tener algo en mente.
Creo que es tiempo de usar las influencias –cogió su teléfono que cargaba en la mesa de noche de Adele.
¿Qué vas a hacer?-Adele se sentó cómodamente en su cama, mientras abrazaba a Becky, su pequeña oveja.
Ser hija del capitán ex marino mercante tiene sus beneficios –aclaró texteando algo.
Adele se dejó caer mientras miraba el techo, deseaba que aquella cita fuese tan especial para Jong Dae que estaba dispuesta a bajar parte de la luna solo por verlo sonreír. La pecosa sonrió de solo pensar en él y se sentó oyendo como América balbuceaba cosas inentendibles.
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Station Love ❃ Kim Jong Dae
Fanfiction♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz. ♥ Inspirado en el subway de Madrid.